¿Es Posible la Sumisión Química para Violentar a las Mujeres?

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En torno a las múltiples caras de la violencia contra las mujeres, Paola Rodríguez, maestra en Prácticas de Desarrollo de Regis University, expresa: la sumisión química para violentar a las mujeres, la invalidación y justificación de la violencia hacia quienes usan sustancias psicoactivas por placer, e incluso las que están encarceladas o son llevadas a anexos, están viviendo violencias en estos escenarios.

Refiere que el 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y, desafortunadamente, el entorno relacionado con las sustancias psicoactivas no está libre de violencias de género. 

Es así que explica que las mujeres que usan sustancias psicoactivas están más expuestas a la violencia de género, al ser culpabilizadas y revictimizadas por sus consumos, lo que como consecuencia genera dificultades para el acceso a la justicia. La carga del discurso moral que recae sobre las mujeres usuarias es muchísimo más pesada que la de los hombres. 

Son incontables los casos de feminicidios en México y América Latina que ocurren en entornos de ocio nocturno donde hay uso de sustancias psicoactivas – tanto legales, como ilegalizadas. El discurso se repite: “Si no hubiera estado tomada/drogada no la hubieran matado”; el consumo de drogas, la mala mujer, la putala adicta – todas estas como justificantes, juicios desmoralizantes, arranca-dignidades.

No sólo es indignante la sangrienta violencia ejercida hacia las mujeres, sino que el discurso predominante también es completamente falso. Lamentablemente, a las mujeres se nos violenta en nuestras casas, en la calle a plena luz del día, en el trabajo, en la vida en pareja. Las sustancias psicoactivas no son un justificante. 

En la violencia en pareja el uso de sustancias psicoactivas también toma un papel importante. De acuerdo con un estudio realizado por INMUJERES, 46% de las mujeres casadas o alguna vez en pareja han sufrido violencia a lo largo de su relación, y 23.4% consideran que esta violencia inició o empeoró debido al uso de alcohol de su pareja. Si bien desde el Instituto RIA no apoyamos la prohibición y creemos en medidas alternativas a la abstinencia para tratar consumos problemáticos de sustancias, consideramos importante que todas las personas usuarias sean reflexivas respecto a sus consumos, y la manera en que estos pueden afectar a otras personas, no tolerando ningún tipo de violencia. 

La violencia es transversal cuando se trata de mujeres y sustancias psicoactivas, y estos han sido tan sólo una breve muestra de muchas violencias ejercidas hacia nosotras. Se requiere de cambios en las narrativas y perspectivas en torno a nosotras, así como educación con perspectiva de género y políticas públicas que nos protejan y apelen a la justicia tras eventos de violencia. La violencia es sistémica y estructural, por lo que nuestra resistencia es imperativa, y la exigencia por seguridad y respeto a nuestros derechos humanos es urgente. 

*Licenciado y Maestro en Periodismo

lurame_3@hotmail.com                  @luciorm