Espiar no sirvió
Felipe Calderón y el PAN perdieron la Presidencia de México ante el PRI y Enrique Peña.
El PRI y Peña Nieto perdieron la Presidencia de la República ante Morena y López Obrador.
Luego. Si FECAL espió a EPN y EPN a AMLO, algo no funcionó en su sistema de espionaje porque su labor de contrainteligencia fue incapaz de detener el avance de sus adversarios.
Entonces. ¿Pegasus fue un gasto inútil para detener a “los maléficos”? ¿Pegasus fue una contratación millonaria sólo para desviar recursos al estilo de arrendamientos y adquisiciones ventajosas? ¿Quién o quiénes operaban Pegasus y cuál es la evaluación de su desempeño?
Si usaron Pegasus como una super tecnología de espionaje, pues faltó inteligencia para procesar la información obtenida porque ningún político delincuente o criminal común fue castigado gracias a Pegasus. No que se sepa. A menos que, la información no se usara con fines políticos o de combate al crimen, sino con fines de extorsionar al espiado para sacarle dinero.
Aclaremos. Los videos de Pío y Martinazo López Obrador recibiendo dinero no son obra de Pegasus, los de Bejarano y la mayoría de otros personaje exhibidos, tampoco. A ellos, los grabó alguien interesado en que le devolvieran su dinero con intereses y favores.
Todos sabemos que no es correcto espiar a menos que la ley lo permita. ¿Entonces…? Desde la pareja celosa en nombre del amor, pasando por la empresa que está en desventaja frente a la competencia por sus innovaciones, hasta el Estado en nombre la seguridad nacional, espiar es algo frecuente, si no es que hasta cosa de todos los días.
El espionaje tiene sus grados de sofisticación. Se abría la correspondencia cuando el correo debía ser inviolable. Por curiosidad y celos se revisa el celular y los sistemas de mensajería personal -bueno eso me cuentan quienes tienen parejas hiper vigilantes-.
Quien no está familiarizado con la política, al menos habrá visto en películas escenas de espionaje. Hay un milenario oficio de “oreja” de gobernación, informante del rey o “halcón” que sigue vigente aún sin Pegasus.
Le suenan las grabaciones de las llamadas telefónicas.
Los movimientos sociales están llenos de infiltrados.
Hasta los alcaldes pagan ejércitos de recaudadores de chismes y opiniones. Les gusta saber quién habla bien de ellos, quién no les aplaude y quién los critica.
¿Cómo se entera López Obrador, con la anticipación debida, de que los conservadores van a decir o hacer algo en contra de él, y en La Mañanera los descubre antes de que hayan hecho nada? ¿Es pitoniso? ¿Su dedito tiene más poder que la bola mágica?
El mayor procesador de la información de los ciudadanos está en las plataformas y aplicaciones tecnológicas gratuitas como Facebook y otras modalidades. No se espante, no lo espían a usted por ser usted. Al subir publicaciones y datos personales, facilitamos nuestro expediente personal, hábitos y preferencias de consumo y hasta sexuales.
Pero, el espionaje profesional -lícito e ilícito- se dirige a personajes que tienen algún atributo que resulta de interés para quien paga o dirige las labores de inteligencia y contrainteligencia. Va desde integrar su expediente con su currículum hasta seguirlo día y noche para ver con quién se junta, para oír sus conversaciones directas y telefónicas, para tener detalles de sus operaciones y negocios. En teoría, si usted no es artista (por los paparazzi) o político o dirigente social o delincuente o empleado con acceso a información secreta, pues no tiene porque preocuparse, no lo espiará el gobierno, ni las revistas de la farándula.
Felipe Calderón y el PAN perdieron la Presidencia de México ante el PRI y Enrique Peña.
El PRI y Peña Nieto perdieron la Presidencia de la República ante Morena y López Obrador.
Luego. Si FECAL espió a EPN y EPN a AMLO, algo no funcionó en su sistema de espionaje porque su labor de contrainteligencia fue incapaz de detener el avance de sus adversarios.
Entonces. ¿Pegasus fue un gasto inútil para detener a “los maléficos”? ¿Pegasus fue una contratación millonaria sólo para desviar recursos al estilo de arrendamientos y adquisiciones ventajosas? ¿Quién o quiénes operaban Pegasus y cuál es la evaluación de su desempeño?
Si usaron Pegasus como una super tecnología de espionaje, pues faltó inteligencia para procesar la información obtenidaporque ningún político delincuente o criminal común fue castigado gracias a Pegasus. No que se sepa. A menos que, la información no se usara con fines políticos o de combate al crimen, sino con fines de extorsionar al espiado para sacarle dinero.
Aclaremos. Los videos de Pío y Martinazo López Obrador recibiendo dinero no son obra de Pegasus, los de Bejarano y la mayoría de otros personaje exhibidos, tampoco. A ellos, los grabó alguien interesado en que le devolvieran su dinero con intereses y favores.
Todos sabemos que no es correcto espiar a menos que la ley lo permita. ¿Entonces…? Desde la pareja celosa en nombre del amor, pasando por la empresa que está en desventaja frente a la competencia por sus innovaciones, hasta el Estado en nombre la seguridad nacional, espiar es algo frecuente, si no es que hasta cosa de todos los días.
El espionaje tiene sus grados de sofisticación. Se abría la correspondencia cuando el correo debía ser inviolable. Por curiosidad y celos se revisa el celular y los sistemas de mensajería personal -bueno eso me cuentan quienes tienen parejas hiper vigilantes-.
Quien no está familiarizado con la política, al menos habrá visto en películas escenas de espionaje. Hay un milenario oficio de “oreja” de gobernación, informante del rey o “halcón” que sigue vigente aún sin Pegasus.
Le suenan las grabaciones de las llamadas telefónicas.
Los movimientos sociales están llenos de infiltrados.
Hasta los alcaldes pagan ejércitos de recaudadores de chismes y opiniones. Les gusta saber quién habla bien de ellos, quién no les aplaude y quién los critica.
¿Cómo se entera López Obrador, con la anticipación debida, de que los conservadores van a decir o hacer algo en contra de él, y en La Mañanera los descubre antes de que hayan hecho nada? ¿Es pitoniso? ¿Su dedito tiene más poder que la bola mágica?
El mayor procesador de la información de los ciudadanos está en las plataformas y aplicaciones tecnológicas gratuitas como Facebook y otras modalidades. No se espante, no lo espían a usted por ser usted. Al subir publicaciones y datos personales, facilitamos nuestro expediente personal, hábitos y preferencias de consumo y hasta sexuales.
Pero, el espionaje profesional -lícito e ilícito- se dirige a personajes que tienen algún atributo que resulta de interés para quien paga o dirige las labores de inteligencia y contrainteligencia. Va desde integrar su expediente con su currículum hasta seguirlo día y noche para ver con quién se junta, para oír sus conversaciones directas y telefónicas, para tener detalles de sus operaciones y negocios. En teoría, si usted no es artista (por los paparazzi) o político o dirigente social o delincuente o empleado con acceso a información secreta, pues no tiene porque preocuparse, no lo espiará el gobierno, ni las revistas de la farándula.