+ La Peor Pesadilla: Acostumbrarse a la Violencia y a la Pobreza; dos bebés, los primeros en nacer en este 2023, uno en el Mónica Pretelini, otro en el IMSS
La frase:
Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos.
JOHN FITZGERALD KENNEDY
EL DETALLE: Por una parte, a las 00:01 de este primero de enero nació un bebé en el Hospital Materno Perinatal Mónica Pretelini Sáenz, lo que lo convierte en el primer mexiquense nacido en el año nuevo de 2023, es hijo de Margarita Nicole, por la otra El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Poniente informó que el nacimiento del primer bebé de 2023, se registró a las 00:44 horas del 1 de enero, en el Hospital de Gineco Obstetricia (HGO) No. 221; se trata de un recién nacido de sexo masculino con peso de 2.695 kilos, que midió 48 centímetros; hijo de la señora Rocío.
Por 43 minutos, se convierte en el segundo nacimiento del 2023, representa una motivación para el equipo de salud así como una oportunidad para fortalecer la prestación de los servicios propios de la seguridad social.

La Peor Pesadilla: Acostumbrarse a la Violencia y a la Pobreza
Cuando la población se acostumbra a padecer la violencia, la pobreza y el deterioro de las condiciones de vida, es porque asume que ya no hay para dónde voltear o hacia dónde caminar, y esa es la peor manera de iniciar un año, de alentar expectativas de un futuro mejor o de luchar por salvaguardar las condiciones mínimas de libertades, justicia, democracia y pluralidad política.
Bien señala cada mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando cita a Joseph Goebbels, a lo largo de los cinco años que van de su sexenio, que una mentira repetida consistentemente puede llegar a convertirse en verdad, y eso es lo que ha hecho: culpar a sus adversarios políticos de todos los problemas del país y presumir que su gobierno ya terminó con la corrupción, con la impunidad, con la violencia, con la pobreza y con la injusticia, evadiendo toda responsabilidad.
Al respecto, el Grupo de Economistas Asociados (GEA) considera que el país vive una de las etapas más peligrosas de un gobierno populista, luego de cambiar las formas de gobernar, adoptar una comunicación populachera machacona, al darse una creciente concentración de decisiones, acciones autoritarias, lo que hoy tiene alarmada y preocupada a buena parte de la ciudadanía, como se pudo apreciar en la marcha del 13 de noviembre en las principales ciudades de la República Mexicana.
La verdad es que sobran razones para esta grave preocupación ciudadana si tomamos en cuenta el acelerado deterioro que ha sufrido el país en todos los ámbitos de la vida nacional, cancelando cualquier expectativa de un futuro mejor.
La Organización de economistas, que encabeza Jesús Reyes Heroles, no duda en señalar que ya no sorprende que leyes contrarias al sentido común y al interés nacional sean aprobadas a espaldas de la sociedad, durante la madrugada o a las altas horas de la noche, en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, atenidos a que la oposición por más unida que se encuentre, lo más que puede hacer es impedir las modificaciones constitucionales, pero no los cambios secundarios, ante la arrolladora mayoría de Morena y sus aliados para imponer la militarización.
Reconocen que ya no sorprende que exista un grupo de proselitistas de Morena que medien cada vez más la relación entre el gobierno y la población; tampoco que millones de niños no asistan a clases presenciales; que permanezcan en sus casas con clases a distancia, si es que cuentan con la tecnología y el equipo adecuados, significando una pesada carga para los padres de familia al tener que sustituir a los maestros en su labor de asesorías académicas sin capacitación.
Ante tales posturas populistas, manipuladoras y machaconas, gran parte de la población no sólo justifica los errores, las deficiencias y hasta los vicios del gobierno en turno, convenidos de que la transformación es una realidad y que si no se avanza es por el peor de los mundos heredados por los neoliberales, pero que en cualquier momento se contará con un modelo mexicano de felicidad total.
Ni los crecientes y permanentes baños de sangre por todo el territorio nacional hacen cambiar de opinión a los fieles seguidores de quien les ofrece la liberación de todos los males y el pronto arribo al oasis anhelado, por lo que a nadie sorprende a estas alturas que militares uniformados, sean quienes ocupan, administren y operen todo tipo de bienes y servicios públicos en la nación.
A estas alturas de enajenación total de las masas, hasta se celebran las arremetidas del gobernante contra los medios de comunicación y periodistas que se atreven a documentar hechos de corrupción, de opacidad, de despilfarro, de nepotismo y hasta de incapacidad, negligencia, nulidad de resultados, o mala fe en el desempeño de las responsabilidades públicas.
Cuando hay una fijación de ideas culpando de todo lo negativo a los de antes, los actuales se pueden dar hasta el lujo de trasladar al pasado la responsabilidad de que en cinco años no se cuente con un eficiente abasto de medicamentos, con recursos presupuestales suficientes para dar mantenimiento al transporte público o la operación de las instalaciones de las empresas gubernamentales como las energéticas, y aún de la escandalosa muerte de más de medio millón de mexicanos a causa de una pandemia enfrentada con irresponsabilidad.
Tampoco sorprenden los cotidianos feminicidios, asesinatos, extorsiones, secuestros, levantones, quema de vehículos y negocios, linchamientos a todas horas y por todas partes, las violaciones y agresiones hasta en la vía pública o a bordo del transporte público, todo se festeja entre chascarrillos e historietas.
Se padece permanentemente el deterioro de la seguridad, la educación, la salud, el medio ambiente, la vida democrática o las libertades elementales, pero mucha gente ha normalizado el derroche de los recursos públicos por corrupción, negligencia, ignorancia o incompetencia, cuando vemos que Pemex registró pérdidas por 347 mil millones de pesos durante el año de 2019, y 481 mil millones de pesos durante 2020; es decir un 38 por ciento más en tanto sólo un año.
La chatarrización del país forma parte del panorama nacional en vagones del Metro, los apagones y las pérdidas multimillonarias en la Comisión Federal de Electricidad, con los incumplimientos e ilegales asignaciones de contratos en las dependencias de todo el aparato administrativo del Estado, pero sobre todo al contar con la complicidad institucional del Poder Judicial, del Poder Legislativo, de la Fiscalía General de la República, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pretendiendo ahora involucrar en esta perversa complicidad hasta a los organismos constitucionales autónomos como Banxico, INE, Cofece, Inegi, e Inai.
Mientras siga habiendo gente que acepte ciegamente cualquier discurso justificatorio de los graves errores, voluntarios o por incompetencia, a cambio de un reparto mínimo en cash, este país seguirá camino al precipicio, consolidándose un régimen autoritario y antidemocrático, como ha sucedido en Cuba, Venezuela o Nicaragua, países donde no hay ni siquiera libertad para abandonar el país en aras de buscar un mejor futuro, ¿no le parece a usted, estimado lector?