La recesión ¿..digital…?
El principal tema que causó relevancia durante toda la semana fue el despido masivo de trabajadores de Twitter ante la formalización de la compra por parte de Elon Musk, en el que los mensajes de esa misma red social generaron sentimientos al ver despedirse a todo el equipo de la oficina de Twitter México, con lo que se cerrará su representación en nuestro país.
Por otra parte, si bien no en la misma medida, meta tiene previsto realizar su primer recorte masivo en el que faltará verificar cuales son las plazas y las oficinas afectadas, dos sucesos que, podrían empezar a detonar una escalada de ajustes en las tecnológicas.
Estos anuncios sin duda generan demasiadas interrogantes, no por el escenario o la perspectiva económica a nivel mundial, sino por las causas y motivaciones que llevan a los dueños de las empresas a tomar esas decisiones, sobre todo, considerando que conforme la información económica de salida en el marco del cierre de la pandemia, las empresas digitales fueron las que generaron un mayor margen de ganancias, duplicando o inclusive triplicando sus ingresos a partir del periodo de digitalización en el que los consumidores se volvieron parte del entorno digital de una forma mucho más intensa; razón por la cual ahora, se vuelve demasiado intrigante la polémica en torno a este tipo de despidos, no por las razones económicas, sino por las perspectivas que también inciden en torno al futuro de la evolución y desarrollo económico y, por otra parte el respeto de los derechos humanos por parte de las empresas.
Preocupante al fin y al cabo, puesto que más allá de los datos de carácter económico, encontramos el poder de los datos con los que cuentan esta empresas, y, que más allá del uso debido o no de los mismos, advertimos que evidentemente cuentan con mayores elementos informativos para la toma de decisiones, lo que provoca que este tipo de medidas deriven no solamente de un arranque de estilo, como estamos acostumbrados, del nuevo líder, sino que podemos estar seguros que la decisión se debió a temas meramente económicos y, si se tratara únicamente de Twitter, podríamos pensar que es simplemente una decisión en el ámbito corporativo, pero, si le sumamos la iniciativa de Meta, empezarán a prenderse los focos rojos cuando otras empresas tecnológicas representativas empiecen a tomar decisiones similares, decisiones que, sin duda estarán anticipando las guardas en torno a una recesión.
Preocupante también, más allá de que los usuarios de internet buscan alternativas a las nuevas políticas migrando hacia Mastodon y Discord, o afianzándose a Reddit, que, entre las prioridades de las empresas frente a una eventual crisis económica, dejen de lado a Latinoamérica, en la que, la decisión de desaparecer la oficina de Twitter en México es un indicador de doble vía, la primera de que México no representa un interés comercial lo suficientemente alto como para incentivar que las empresas extranjeras se queden en nuestro país con lo que, pone en duda la capacidad de expansión digital de nuestro mercado con todo lo que implica como una de las puertas por las que puede fluir la integración económica digital por conducto de Latinoamérica, y, por otra parte, la falta de visión por parte de las empresas de generar negocios y oportunidades digitales en la región, que tan necesarias se vuelven para el pleno desarrollo de la economía digital global, y, ante ello, se siguen generando barreras fácticas para incentivar el libre flujo de datos personales para el desarrollo.
La crítica, reflexión y preocupación de esta noticia por supuesto no tiene como destinatario a Elon Musk, ni a ninguna empresa tecnológica en particular, ya que, resulta evidente que si bien, tal como Paypal reconoció que ante el incremento de beneficios económicos derivados de la digitalización por el periodo de confinamiento estaba pensando en disminuir la brecha de beneficios aplicando parte relevante de dichas ganancias en incentivar el bienestar de las personas que ahí laboran a fin de reconocerles y retribuirles justamente, se advierte que las demás empresas tecnológicas si bien, contaron con ganancias relevantes que eventualmente podrían incentivarles a sumir riesgos que a su vez potencializaran sus ingresos a partir de una nueva ola de inversión, parecida a la del sector público y para países en desarrollo, se observa que si se sigue esta tendencia, al contrario lo que sucederá será una contracción del mercado y ante la posición de las empresas, parecerá que se le dará seguimiento al capital principal de los grandes países.
En caso de que esto suceda, vendrá con ello una recesión digital sobre todo concentrada en los países en desarrollo, los cuales deberán empezar a identificar sus mecanismos de vinculación con los grandes mercados digitales, a fin de, lograr mantenerse o adherirse a éstos en el plano de un nuevo contexto de competencia, que contará con diversos representativos en bloques económicos para que a partir de éstos pueda encontrarse voz y voto, no en los temas comerciales, mismos sobre los cuales las grandes empresas como Twitter seguirán buscando estar presentes en los mercados y en las economías, a fin de que, por ejemplo, aunque no exista oficina de Twitter México no se disminuyan los ingresos por publicidad en el territorio, es más, que inclusive se puedan incrementar a partir del modelo de suscripción en torno a cuentas verificadas.
Sin embargo, la recesión va más en torno a las condiciones de gobernanza, en las cuales, si bien los gobiernos según sus buenos oficios mantienen su representación en los diversos organismos que tratan sobre el tema, también lo es que, mientras no se adviertan razones de peso o factores de poder que involucren los intereses de los jugadores en el entorno económico, los países en desarrollo seguirán siendo objeto de medidas asistencialistas e integradoras conforme a los criterios de las grandes economías, en vez de contar con condiciones que les permitan crecer, madurar e integrarse como actores con plena voz y voto en las decisiones de valor a nivel internacional.
Hasta la próxima.