LAS ELECCIONES SON PARA ELEGIR NO PARA RESIGNARSE
Xóchitl Gálvez es el fenómeno del día porque es el alfiler que pincha el globo retórico del régimen.
Jesús Silva-Herzog Márquez
El título de esta entrega lo tomé prestado del escritor y periodista español Martín Caparrós, quien recientemente se refirió en uno de sus artículos, a su preocupación por el desinterés de los ciudadanos en las urnas para elegir a sus representantes políticos.
Tal parece que nuestra herencia española, también tiene que ver con la apatía del electorado mexicano. Considero que estamos a tiempo, para prender ese ánimo tan necesario en el ciudadano, para acudir a las urnas y elegir a sus representantes.
El 2 de julio de 2024, se definirá el destino de México, al menos por la primera mitad del siglo XXI y los mexicanos no pueden dejar pasar la oportunidad por intervenir en corregir el rumbo del país. Ojalá que fuéramos como en la India, en donde es de gran trascendencia el hecho de que los ciudadanos depositen su voto.
Estamos ciertos que son tiempos en donde los partidos políticos mexicanos están pasando por su peor momento en la historia nacional. Se han quedado sin su arsenal intelectual y se han apartado de sus principios y documentos básicos, el PRI, es todo un caso de estudio.
La mayoría de los priistas han extraviado su brújula y han pasado por alto las enseñanzas de uno de sus principales ideólogos como lo fue Don Jesús Reyes Heroles, quien dictaba que el político por eso debe tener tres c: corazón, cabeza y carácter:
Corazón, para entender intereses superiores a los egoístamente individuales; cabeza para obrar con frialdad, saber eludir muchas asechanzas, saber eludir trampas; y carácter, porque hay gentes con mucha cabeza y con mucho corazón, pero que no tienen carácter, y el carácter en política es muy importante: tener carácter para saber que lo pueden insultar a uno, que lo pueden calumniar a uno, y nunca perder la cabeza.
Tal pareciera, que sólo recuerdan el dictado de las tres c, pero andan tan ofuscados, que las interpretaron diferente: cinismo, candidez y conformismo. Nada que ver y algo tendrán que hacer. Los partidos, son una parte del sistema circulatorio nacional, pero no son la sangre, la sangre son los ciudadanos, pero tal pareciera, que el sistema circulatorio nacional, tiene atole en las venas.
Preparemos desde hoy, que hemos iniciado el segundo y último semestre del año, para lograr una nutrida participación política, sobre todo de los jóvenes y así, frenar la caída libre en la que se encuentra el país, y jamás impedir caer en el pantano que tan bien describió uno de los grandes de la literatura nacional, Friedrich Nietzsche:
El socialismo es el fantástico hermano menor del decrépito despotismo, al que pretende suceder. Sus esfuerzos son, por lo tanto, profundamente reaccionarios, pues desea tal poder estatal como sólo el despotismo poseyó. De hecho, va más lejos que cualquier cosa que haya existido en el pasado porque su fin es la aniquilación formal del individuo, al que considera un lujo injustificado de la naturaleza que debe ser mejorado por algún órgano útil de la comunidad general. Silenciosamente se prepara, por lo tanto, para el reino del terror y utiliza la palabra «justicia» como un clavo en la cabeza de las masas poco cultivadas, privándolas totalmente de su capacidad de comprender y proveyéndoles de buena conciencia para el juego maligno que han de jugar.
Los mexicanos tenemos la palabra y nuestro voto.