Las mañaneras
Al final de los rosarios católicos en una de las invocaciones: puerta del cielo, casa de oro, etc… aparece estrella de la mañana.
Guardando distancias en política el invento genial de AMLO, Las mañaneras en atrevido símil son la estrella de las mañanas mexicanas.
Idea renovadora, realista y aleccionante, desfacedora de entuertos, heraldo y alquimia sociopolítica.
No se había visto qué en propia voz del protagonista, del líder del país, se ventilaran los asuntos torales que de paso abrieron el telón para ver otra realidad.
Verdadero periodismo que informa y forma opinión, sabrosa polémica descubridora de lo oculto.
La mañanera cambió el concepto de periodismo y de paso encueró a los mentirosos. Y hasta la oratoria cambió: nunca más la voz engolada y de barítono diciendo mentiras, AMLO sin agradable timbre, mesurada y lentamente, hace ver que lo que importa es la verdad.
Terrible: los dueños de los medios dictaban el pasado y el rumbo del acontecer nacional de facto se convertían en dictadores de conciencias con el tácito permiso de los dirigentes del poder político.
Llegaron al grado de poner presidentes y tenía y tiene tanto poder que verbigracia Jacobo Zabludovsky se convirtió en la confiable fuente para saber el qué y cómo del presente y del devenir nacional.
De ciencia ficción: desde temprano en boca del autor de la obra, escuchas el pulso de México, a veces clases de historia, brillantes réplicas y sobre todo, Civismo: Saber que el valor personal es la base para ser mejores.
Me pregunto en que tiempo y en qué espacio otro mandatario madruga y ofrece la primicia y además, los miércoles desnuda, desenmascara y pone en evidencia a quienes sutilmente trastocan con aparente dosis de veracidad lo que en el fondo es un ataque y una mentira.
Derrumba castillos de naipes, que sostenían a un falso sistema y en su derecho de réplica, rebatiendo con bases enmudece al adversario.
D´Artagnan, con sutiles espadazos hiere lo que era incólume, y así como en una representación teatral fue apareciendo el verdadero rostro de México: se cayeron estatuas, se recordaron gazapos y aunque no acabaran en una celda, los malos de la película cargarán algo peor: el pesado fardo de su nula valía, personal, la pérdida de lo más preciado: no tener dignidad ante sus conciudadanos: tendrán una casa con lago artificial pero ellas (os), personajes artificiales no poseyeron la esencia vital que dan los valores.
A AMLO le abrieron los médicos el corazón y él se lo ofreció al pueblo como sacrificio azteca y el Huitzilopochtli pueblo se lo aceptó.
Genial su primero los pobres y si a los pobres les va bien, nos va bien a todos: sacerdote laico, conferenciante, guía y maestro de historia. Con la doctrina de Genaro Estrada retomó la dignidad de México en el concierto internacional, hombre cabal, pues hasta que le tocó la vacuna contagiose de Covid-19 hasta 3 veces y su ir y venir sorprende a propios y extraños.
De ciencia ficción imaginar una mañanera con Peña o Fox, lo más probable es que algunas veces competirían con los programas cómicos más populares y a las preguntas ¿Por qué nombró a Genaro García Luna? Calderón enmudecería. Así Salinas de Gortari después de Santa Ana nuestro mejor vendedor.
AMLO: polemista, actor, historiador y de pilón manejando cierto realismo mágico en sus anécdotas y el mismo contándonos lo íntimo y personal.
AMLO le da enorme humildad al puesto y lo hace respetable. Chucho el roto de la modernidad quien afortunadamente con su actuar me hizo impublicable una novela en donde Salinas, Claudio X González, el clero político, el empresariado materialista y los kukuxclanes criollos eran los villanos.
Y qué bueno, pues en estos tiempos la novela no pegaría, por haber sido propiamente escrita en la oralidad AMLIANA.
Y estas fueron las mañanitas que sigue cantando el rey Andrés Manuel.