LO QUE A VECES NO ENCUENTRO

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Pueden ser mágicas, transportarnos al mundo ideal, donde los unicornios vuelan, y la princesa besa al príncipe.

Pueden ser cotidianas, simples, y traernos a la cruda realidad, donde no hay magia que nos rescate por un instante.

Pueden ser claves para llevarnos hacía el fracaso puro y duro, donde no existe a veces un control alt suprimir que nos salve.

Pueden tener el sabor más dulce y acariciarnos el alma cuando más lo necesitamos.

Pueden estar  cargadas de amargura, molestia, dolor y no permitirnos encontrar paz.

Pueden ser más educadas que la propia ausencia de ellas cuando se les requiere.

Pueden ser como las monedas, porque a veces una puede valer más que muchas, pero también muchas no valer más que una.

Pueden ser elegantes, pero su elegancia pocas veces es sincera, porque su sinceridad casi nunca suele ser elegante.

Pueden ser de un solo dueño, pero normalmente no lo son, suelen pertenecer a quien las posee, pero también a quien son entregadas.

Pueden ser sabias, saber cuándo llegar y también cuándo retirarse; sin embargo, las hay quienes no practican el tino y quienes aparecen cuando nadie las necesita.

Pueden dar lugar a una acción, a un paso hacia adelante, pero también puede ocasionar la inacción y un adiós definitivo.

Pueden hacer daño, mucho daño, pero también pueden cambiar vidas, salvarlas inclusive cuando se cree que todo está perdido.

Pueden ser como las hojas de las plantas que sembramos, cuando hay demasiadas, los frutos suelen ser pocos, escasos y a veces no hay ninguno.

Pueden a veces ser como las lunas (que reflejan), cuyo tamaño no importa, importa qué clase de personas se ven a través de ellas.

Pueden ser de distintas formas, tamaños, melodías, sonidos, pero siempre podrán con esfuerzo y un poco de ganas, lograr hacer lo mismo.

Pueden ser a veces las adecuadas u otras veces las casi adecuadas, que es la misma diferencia entre un relámpago y una luciérnaga.

Pueden estar llenas de sinceridad, bondad y de arte, pero también de falsedad, maldad y de desastre.

Pueden hacernos carecer de ellas en momentos donde más las necesitamos y es por eso que cuando llegan, su llegada puede ser demasiado tarde.

Pueden y tienen esa capacidad de ser tímidas, que a veces es mejor que ser extrovertidas, porque esto útimo así como viene rápido, rápido se las lleva, y nunca más vuelven.

Pueden tener aliento, muchas veces lo tienen y siempre ahí se está mejor, porque cuando tienen censura, es como una tormenta en medio de un día soleado.

Pueden no valer nada o valer mucho, su valor tangible se encuentra en las acciones. Dicho esto, les informo que acaban de leer un montón de palabras.

Dedicado a todos los que escribimos, a veces, sin tener palabras.