Martes con M de Mito: Dinero contante y sonante

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Este mito está basado en el temor y la desconfianza. Desafortunadamente en México las personas son muy desconfiadas y viven temerosas de que alguien les llegue a hacer un fraude o una mala pasada. Ya vimos el contexto histórico del por qué, –cuando tocamos el mito– de que las personas suelen sacar todo su dinero del banco; no vaya a ser que la institución me quite el dinero que me gané con el sudor de mi frente.

Y es que básicamente existen dos bandos, aquellos que ya no quieren cargar dinero en efectivo y los que se resisten a evolucionar y poder recibir el famoso pago con tarjeta. Y aquí quiero hacer un paréntesis porque me sorprende la cantidad de personas en México que aún no tienen bien claro que una cosa es hacer pago con tarjeta, ya sea de débito o crédito y otra muy diferente es hacer una transferencia. 

El gobierno de México, consciente de la situación, ha sacado al mercado una aplicación para que todos la bajen a su celular y puedan hacer pagos, seguros, rápidos y confiables. Pero volvemos a lo mismo: uno de los miedos que tiene el mexicano es al gobierno y que éste se aproveche de él. Es por ello que dicha aplicación no ha tenido la aceptación deseada, ni siquiera por la gente que ya no paga en efectivo. Entonces la aplicación del Gobierno, casi nadie la quiere usar. 

Ahora, volvemos al punto de la transferencia, que no es un pago con tarjeta. Pero aquí viene lo curioso, a las personas les da miedo la aplicación que mencionamos anteriormente, la del gobierno; pero no les da miedo hacerse los chistositos para poner los nombres de las referencias de las transferencias; títulos como: donación, para mi amorcito, y otros tantos que rayan en la ridiculez y lo absurdo. Y no saben que, por ejemplo, pueden prender un foco rojo para la Secretaría de Hacienda y que ésta los llame para una revisión y/o aclaración. Es muy importante que si usted hace transferencias le ponga por nombre un título que vaya relacionado con la transacción, sin mentir, siendo honesto y conciso: si compró libros, coloque libros, o tacos, si es que compró tal.

Ahora, viene la contraparte: el negocio que no desea subirse a la modernidad porque no quiere que lo tengan registrado, (seguimos basados en el miedo) y es que para poder hacer pagos con tarjeta, –no transferencias–, sino realmente contar con una terminal punto de venta, donde el cliente pueda usar su tarjeta y el pago se realice de manera automática , el negocio o el dueño, debe tener una cuenta de banco, si no ¿a dónde se va a ingresar el dinero que se cargue a las tarjetas de crédito y débito?  

Pero, curiosamente, sí tiene una cuenta de banco para recibir las transferencias. 

Hoy, la gente quiere practicidad, y si un producto se puede tener sin mayor dificultad, cargándolo a la tarjeta de crédito, es lo mejor. Ya comenté anteriormente que los tamales, los tacos, la tiendita de la esquina, etc., tienen la opción de ya no usar efectivo, aunque todavía andan divagando entre las opciones anteriormente expuestas.

Una cosa es segura: el dinero ya no suena, y la tendencia va al alza. Ya que, según los expertos, los niños que nacieron después de la Pandemia ya no usarán dinero físico en toda su vida. 

Si usted, estimado lector, está leyendo esto en años posteriores, verá si los expertos tenían razón o no.