¿Salud Mental, También es un Derecho para Todas las Personas?
La salud mental es un derecho de todas las personas, con o sin discapacidad, pero por lo general olvidamos lo complejo que puede resultarles a las primeras, dejar de ser invisible en un tema que hasta la fecha sigue siendo minimizado, nos advierte María Elena Esparza Guevara, fundadora de Ola Violeta, activista por el derecho a la conciencia corporal, doctoranda en Historia del Pensamiento, y Maestra en Desarrollo Humano.
Sobre el tema de la depresión y la discapacidad, la especialista nos alerta: si tienes sueño todo el día y lo atribuyes a que no has dormido suficiente; se te olvida lo que ibas a hacer o simplemente has dejado de querer hacer, son señales tempranas de una condición pocas veces vista como algo más allá de lo emocional, muchas veces juzgada como tristeza pasajera o incluso minimizada como la exageración de alguien para llamar la atención, pero en realidad se está ante un caso de depresión, actualmente catalogada como una discapacidad psíquica, cuando llega a su etapa grave.
El problema es tan preocupante, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 280 millones de personas en el mundo están deprimidas y advierte sobre el riesgo latente de llegar a la ideación o tentativa suicida cuando quien la padece, no recibe tratamiento oportuno.
María Elena Esparza Guevara explica que si extrapolara el dato de la OMS respecto a que el 3.8 por ciento de la población mundial la desarrolla, tenemos que, en nuestro país, de acuerdo con el censo 2020 del INEGI, podría haber 234 mil 835 personas con discapacidad psicosocial y deprimidas.
Por lo mismo, llama a hacer conciencia sobre lo indudable que resulta, que si para una persona sin limitaciones motrices, intelectuales o sensoriales enfrentar los estragos de este padecimiento, es complejo; para alguien que además no puede expresarse, moverse o cuya presencia es invisibilizada socialmente, se vuelve prácticamente una condena.
Pero, sobre todo, pide plantearnos un doble reto como sociedad: primero, incentivar la expresión emocional para detectar señales de alerta en quienes nos rodean y acercarles ayuda, evitando que una depresión transitoria se convierta en mayor; y segundo, asumir que las gafas de la discapacidad se aplican absolutamente a todos los temas, “pues vencer a la depresión involucra a todos”.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
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