TOLUCA CON AROMA DE MUJER
El respeto a la verdad es, al mismo tiempo, la más alta cualidad moral y la más alta cualidad intelectual. Alfonso Reyes
El mundo en el siglo XXI se caracteriza por una compleja red de desafíos y oportunidades, donde el arte de gobernar adquiere una relevancia sin precedentes.
En un contexto globalizado e interconectado, los líderes políticos enfrentan la tarea de encontrar soluciones a problemas cada vez más complejos y urgentes. La capacidad de gobernar eficazmente en este nuevo escenario requiere una combinación de habilidades, conocimientos y valores que se adapten a las demandas cambiantes de la sociedad moderna.
Uno de los aspectos fundamentales del arte de gobernar en el siglo XXI es la necesidad de una visión a largo plazo y una planificación estratégica sólida. Los líderes políticos deben ser capaces de anticipar los desafíos futuros y adoptar políticas y medidas que generen impactos positivos a largo plazo. En un mundo marcado por la incertidumbre y la volatilidad, la capacidad de anticipación y adaptación se convierte en una herramienta indispensable para garantizar la estabilidad y el progreso.
Además, en la era de la información y la tecnología, los líderes políticos deben ser capaces de comprender y utilizar de manera efectiva las nuevas herramientas y plataformas digitales. La transparencia, la participación ciudadana y la rendición de cuentas son factores críticos de éxito para dejar a una ciudadanía satisfecha.
La tecnología puede ser una aliada poderosa para promover la democracia, la inclusión y la igualdad, pero también plantea desafíos en términos de seguridad, privacidad y manipulación de la información.
La importancia de la colaboración y la cooperación internacional. Los problemas globales como el cambio climático, la migración, el terrorismo o la pandemia de salud requieren respuestas concertadas a nivel mundial. Los líderes políticos deben ser capaces de construir alianzas y forjar acuerdos que permitan abordar estos desafíos de manera efectiva y sostenible.
El arte de gobernar en el siglo XXI implica una profunda conexión con los valores éticos y morales. Los líderes políticos deben actuar con integridad, empatía y responsabilidad, velando siempre por el bienestar de la sociedad a la que sirven. La transparencia, la honestidad y la justicia son pilares fundamentales de una gobernanza efectiva y legítima.
Tengo la convicción de que Melissa Vargas Camacho, cumple con los atributos para considerarla una experta en el Arte de Gobernar, ya que más de la mitad de su vida, la ha dedicado a la política y al servicio público en los tres ámbitos de gobierno, siendo funcionaria a nivel municipal, estatal y federal.
Con un enfoque firme y determinado para llevarnos a una TOLUCA DE PRIMERA, Melissa tiene el carácter y la garra, que le dan la tracción suficiente y necesaria, para sacar a nuestra ciudad de ese profundo bache de apatía y desánimo en la que nos encontramos por la mediocridad y pésimas autoridades que ha tenido la ciudad capital del Estado más importante y más poblado de nuestro querido México.
La toluqueña embotellada de origen, está bien preparada en lo académico, lo social y ante todo en lo humano en toda la extensión del término. Hija de una secretaria que la sacó adelante desempeñándose como padre y madre a la vez, que le inculcó los valores universales, cultivando y honrando el sentido del deber como un elemento esencial para una vida significativa y con propósito. Melissa es una mujer segura, gracias a su integridad personal, y a su modo de vida coherente con sus principios y convicciones armonizando en sus dimensiones de esposa, madre de familia y líder social.
Y es que para gobernar una gran metrópoli como Toluca, no basta con tener pasión. La pasión refleja las emociones y los deseos profundos que impulsan a las personas a actuar de cierta manera, a menudo de forma irracional y emotiva. En este sentido, la pasión se convierte en un elemento crucial que influye en la toma de decisiones y en la forma en que las personas se relacionan entre sí en la sociedad.
La pasión por sí sola no es suficiente para garantizar una sociedad justa y equitativa. La pasión se debe complementar con el concepto de responsabilidad, entendida como la capacidad de asumir las consecuencias de nuestras acciones y de actuar de manera ética y moralmente responsable hacia los demás. La responsabilidad implica un compromiso con el bienestar colectivo y la justicia social, y requiere que los líderes políticos consideren las implicaciones de sus acciones a largo plazo, más allá de sus propios intereses inmediatos.
Se completa la trinidad de pasión, responsabilidad con el concepto de distancia social, que se refiere a la separación o el distanciamiento emocional y mental que las personas pueden establecer con respecto a los demás en función de factores como la jerarquía, la autoridad o la objetividad. La distancia social, es necesaria para mantener la imparcialidad y la objetividad en nuestras interacciones sociales, permitiéndonos analizar las situaciones de manera más crítica y racional.
Concluyo que ante el deterioro moral que ha sufrido la política por actores carentes de equilibrio personal y salud mental, es fundamental que nos involucremos aún más como sociedad civil, en la elección de buenos gobernantes. Estoy seguro que Melissa Vargas Camacho, no le fallará a su familia, a sus amigos y por supuesto, a todos los toluqueños.