Un ciudadano, gobernador
En 2023, un ciudadano puede ser gobernador del Estado de México porque los intereses de la clase política enquistada en Morena, PRI, PAN y PVEM no son los asuntos que preocupan a los ciudadanos mexiquenses.
Durante el reciente proceso electoral de junio 6 de 2021, detrás de la polarización que enfrentó a los amantes de AMLO-Morena-PVEM contra los enamorados del PRI-PAN-PRD, se ignoró por completo la agenda de temas que son trascendentes para los ciudadanos.
Peor aún, los partidos políticos, en lugar de renovar sus cuadros con perfiles más preparados y con trayectorias limpias, aprovecharon el encono del elector para relanzar como candidatos y perpetuar a figuras políticas impresentables por sus pasados oscuros.
Se trató de escoger entre dos percepciones creadas por las fuerzas políticas tradicionales y dominantes: una, el terror a la profundización del autoritarismo, y dos, la dictadura o el apoyo ciego a un gobernante que es feliz reconstruyendo la figura del caudillo omnipotente.
El elector se encontró así, enmedio de un frente de batalla electoral donde los partidos políticos ofrecieron: a) éstos que son muy malos por su historia o b) éstos que son muy malos por lo que están haciendo ahora.
La falta de ética y escrúpulos de los políticos tradicionales quedó cubierta por la generalización hasta el absurdo de la práctica del “chapulineo” o reciclado de políticos anquilosados –un eufemismo que esconde la ausencia de congruencia ideológica y la carencia de convicciones para luchar por una agenda cívica y ciudadana democrática, liberal y progresista-.
Bajo esta lógica de concentración y conservación del poder a costa de lo que sea, las prácticas de realizar elecciones costosas dirigidas a los sectores más pobres de la sociedad dominaron las campañas recientes, ya sea por las dádivas desde el gobierno disfrazadas de programas sociales, ya sea mediante la participación de las nóminas gubernamentales al servicio de los partidos políticos, ya sea mediante la entrega de despensas o apoyos directos en efectivo o vía de tarjetas de distintos colores.
Dada esta experiencia electoral reciente, rumbo al 2023, el poder ciudadano debe continuar expresándose mediante el impulso de una agenda ciudadana que pueda enarbolar una ciudadana o un ciudadano, una ciudadana o un ciudadano que mediante las urnas pueda llegar a ser gobernador o gobernadora de la entidad federativa más poblada de México.