UN PERRO MIRANDO EL TIEMPO (Cuando la esperanza busca un nombre)
Ya no se puede
Controlar a ese genio de la mirada
A esa virgen de la piel transparente
A ese mendigo que canta como una guitarra sin dúo
Y por aquí los platos ya no se rompen
El abecedario se declara inútil
Y es entonces
Donde ya no hablo
Es decir,
Lo brutal y básicamente necesario
Con lógica violenta que acaricia
Diciendo las cosas solo una vez
Sin confirmación
Sin reclamar nada
Sin hablar del pasado
Y siempre dándole la razón inclusive a la sin razón ociosa
Que mora en cualquier hamaca de oro batido
Sin contradecir
Sin pelear
Sin luchar
Sólo contemplando
Aceptando todas las culpas
Con el cero como defensa única
Sin apelaciones
Diciendo sí a todo
Con el amén
Entre los dientes sonrientes
Y enseñando quizá,
De carambola
Sin ninguna esperanza
Sin ninguna esperanza como la mejor defensa
Sabiendo que todos han muerto en tanto
Que no los vea
Lo que hace que solo estén vivos quienes pueda mirar y oler
A lo mejor en un abrazo
Porque el radio máximo de comunión humana al que aspiro
Como danza de cometas nocturnos
Es un abrazo
De verdad
Aquel que entrelaza
Y produce un puente
Cantante
Que intercambia latidos
Como una transfusión
Que incluye el intercambio de alientos
Y precisamente de ese,
Que se da con la mirada
Y no con un beso.
Porque aquellos ya no existen
Desde que el parpadeo dejó
De ser
Una pequeña sinfonía.