Un poema, sólo…
Dime que soy yo
El poco mágico ser
Que diseña obstáculos con sólo parpadear,
Es decir,
Sin querer
Inaugurar como en un folclórico hecho
Sin precedentes
Mi lengua que besará el arco iris
En el colmo de la insanía
Con el lenguaje perdido, destruido, innecesario,
Sin sonido, sin alma, sin el poder siquiera
De acariciar como antes, de provocar el sucumbir
Como antes,
Como en los viejos tiempos
Para la corta edad
Como en los últimos
Con olor a crematorio sin marcha fúnebre tocada en marimba
Y así
Como estas palabras drogadas,
Aburridas sin ton ni son ignorando que el lenguaje
Dejó de existir como el
Castigo de un aprendiz de Dios
Que anda por las calles
Dando tumbos o danzando
Dime que soy yo
O quien soy yo
O que hago yo
Y dónde estoy yo
Porque me estoy ahogando
Y el tiempo viene muy pronto
A torturarme,
Como en el Arte de la guerra
En una Rueda del tiempo
Con Noticias del Imperio
En una Conversación en la catedral
Que será como El beso de la mujer araña
Hecha una
Tumba, como La Tumba,
Hecha por Los albañiles,
Que nunca vendrán por mí,
Ni el Poeta en Nueva York
Que no me contesta el teléfono,
Y todo por tu culpa,
Por tu santísima culpa.