VIAJES
Querido y aguzado lector, le saludo con mucho gusto. Ya estamos en la recta final del año, próximos algunos a las vacaciones decembrinas, otros sin descanso continuaran con sus labores cotidianas y otros tantos, se darán la oportunidad para viajar.
Los viajes, visitar nuevos o viejos lugares, pasear por otros países, degustar otros sabores a los acostumbrados, impresionarse con otras culturas, aprender de ellas, disfrutar de los paisajes. Hay tanto que ofrece un viaje, hasta cuando va uno acompañado, existe la oportunidad de conocer mejor al compañero de viaje, en los recorridos, en los traslados.
Hay tantos libros que nos hablan de viajes, historias que se desarrollan durante los viajes. ¿Usted recuerda algún libro que trate de un viaje?
Los mismos libros, dicen que son un pasaje a lugares insospechados, que nos hacen trasladarnos a otros mundos, incluso.
Tengo varias imágenes de lecturas que he hecho, en las que son tan detalladas las características de los sitios que despierta nuestros sentidos y a veces parece que podemos escucharlos, olerlos, sentirlos, según la destreza del escritor.
También se vuelven textos psicológicos en los que los personajes nos develan la naturaleza del ser humano. Uno de esos textos para mi es El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, la historia el relato narra la larga travesía de Marlow en pos del enigmático Kurtz, jefe de una explotación de marfil río arriba. A medida que su embarcación se introduce en el corazón de la selva, Marlow descubre los horrores que, en nombre de la civilización, han ido perpetuando los colonizadores belgas.
A través de esa travesía, de tanto tiempo en una embarcación, con las mismas personas, los miembros de la tripulación se van conociendo profundamente, sin más lugar a donde ir. Y que la misión a la que se encaminan les hace despertar en ellos algunos sentimientos y acciones que a lo mejor jamás hubieran pensado.
Existe un dicho que dice el muerto y el arrimado a los tres días apestan, ahora imaginemos pasar días, meses, juntos, con las mismas personas, sin otro lugar a donde apartarse.
Hay otras historias que se desarrollan en periodos más breves, en un viaje de auto, de avión, cuántas películas también han llevado a la pantalla grande con esta temática.
Si bien, a veces, no hay con quién más charlar para pasar el rato, que acaba uno por conocer al que va a lado y termina uno amándolo u odiándolo.
También no faltaran los sucesos inesperados que harán a los implicados reaccionar, lo que en literatura llamaríamos el detonante, ese acontecimiento que llevará a la acción al protagonista o protagonistas, cuántas historias comienzan cuando alguien pierde el rumbo, hay un accidente, la aparición de un personaje externo, etc. Eso es lo que muchas veces construye las historias, como pasa en la vida real.
También sucede que aunque sea el mismo destino para uno o más personajes, siempre cada uno tendrá su propia experiencia del mismo. Por ejemplo si a un par de amigas que viajan en un auto, el GPS las envía por un lugar tenebroso y desconocido, mientras que para ambas es una situación de adrenalina y alerta, una puede estar tan atemorizada que se paraliza y la otra, doma sus nervios para salir de aquella situación.
Cada quién tendrá una vivencia diferente de una misma situación, obtendrá un aprendizaje, tal vez, o un trauma.
También están los viajes a través de la ingesta de yerbas o psicotrópicos, algún estimulante que genere esa sensación de experimentar la sensación de viajar, estar en otro lugar, en otro mundo, sin mover el cuerpo.
Cuánto nos ofrecen los viajes, sea la modalidad que uno elija, creo que son una oportunidad para enfrentar el silencio con uno mismo y con otro, otros.
Porque estamos entre, ante, nuestros pensamientos y lo que estamos recorriendo en el viaje, sin tener otra distracción, a muchas personas les cuesta tener esta confrontación, consigo mismos, e incluso hay quienes dicen no reconocer su propia voz en los pensamientos.
Algo que es muy cierto, no es fácil encontrar entre los pensamientos la propia voz. Pero este no es el cometido en esta emisión.
Nos centraremos en el qué hacer en una situación de viaje ya sea a otros sitios, físicos, o los lugares al interior nuestro o algún lugar que nos lleve a escucharnos y ver el propio pensamiento.
Hay que identificar lo que nos ofrecen los viajes y lo que podamos aprovechar o aprender de ellos. Y es que para muchos de nosotros, la vida misma es un viaje, cada día es un emprendimiento, un ir a partir de decisiones, cada paso que damos o no, nos va acercando o no, a donde vamos o debemos llegar.
Decía el poeta y ensayista Alberto Blanco: …el poeta quiere saber quién es, quiere entender de qué se trata este juego tragicómico de la vida, por qué he de morir…
Algunos así vivimos, en la eterna pregunta, como los filósofos, el valor de no guardarse ninguna pregunta en el corazón es lo que hace al filósofo, decía Arthur Schopenhauer.
Pero me parece que es algo propio del ser humano, algunas veces también escribió Jorge Luis Borges: ¿De dónde vengo? /¿Por qué estoy aquí?/ ¿Hacia dónde he de ir? Preguntas que en cualquier momento de vida pueden llegar para emprender o concientizar acerca del viaje que llamamos vida o al momento que emprendemos cualquier viaje.
Pues decía George Steiner, Las patrañas de nuestras cavilaciones indiscriminadas son en efecto la prosa del mundo, ese mundo que leemos, recorremos, viajamos, vivimos.
¡Feliz viaje, querido lector!