ACTO DE HONOR
Las mujeres siempre lo llevan dentro, él es parte de sus vidas desde que nacen, hasta por el simple hecho de que ellas y sólo ellas pueden concebir una vida y echarla a andar.
Todo éxito no es gratuito, siempre trae detrás muchas cosas, algunas se ven otras son casi invisibles, casi imperceptibles, pero sin duda, llenas de él.
Seguir nuestras pasiones, no es fácil, es persistir, no dejar que nadie ponga límite a nuestros sueños, y aferrarnos a la existencia de él, no dejándolo escapar, porque de la mano de él, el camino está casi logrado.
Nuestros logros y los ajenos, nunca serán resultado del egoísmo, son el resultado de abrazarse fuerte de él, aunque a veces duela, y confiar en que podemos lograr nuestros objetivos.
Optar por caminar con él, no debe ser sinónimo de sufrimiento. Al contrario, es sinónimo de que nos atrevemos, de que apostamos y lo dejamos todo en la cancha por lo que de verdad queremos.
La buena suerte, es una farsa disfrazada de un cachito de fe. La buena suerte sólo existe en la lotería, porque los números ganadores es imposible adivinarlos. Ella no nos lleva al éxito, sólo él.
Todos los sentimientos llevan intrínsecamente un valor, y este valor se mide por la cantidad de fuerza y disciplina que le pongas.
Él siempre viene cargado de sudor, y es mejor gastar litros de sudor así te deshidrates, que quedarte hidratado, pero sin futuro próspero.
La famosa libertad que todos anhelamos, no se consigue sin él. Es sin duda, un deber antes que un derecho, porque implica asumir la responsabilidad de nuestras acciones.
Aprender a manejar nuestras emociones y las situaciones a las que nos llevan, es clave, es una forma de traerlo a él a la mesa y no dejarse vencer. Sí logramos eso, podemos lograrlo todo.
Cuando él se toma en cuenta con amor, el camino es más ligero, pero cuando el amor no existe, es ahí donde menos debemos abandonarlo, debemos aferrarnos más, porque sólo él podrá ayudarnos a alcanzar el objetivo trazado.
Hasta los genios se tienen que ensuciar las manos y aferrarse a él. Y los que somos magos, tenemos que embarrarnos las manos con él, para lograr hasta lo imposible.
La felicidad no es un don, menos un golpe de fortuna. La felicidad siendo tan bella y tan pura, es una opción que sin él, jamás podría ser tomada.
Renunciar es un verbo, cuyo acto nos suele traer heridas, pesares, infelicidad, pero a veces, hay que hacer nuestro ese acto, porque lo que a veces duele, más tarde nos sana las heridas y nos hace más robles.
Ganar, ganar, ganar, nada más ganar, nunca será el todo, pero la presencia de aquella fuerza que es él, sí que lo es todo, nunca hay que dejarlo escapar.
Alcanzar la gloria es díficil que suceda por accidente. Es el trabajo duro, la perseverancia, el constante aprendizaje y sobre todo el amor por lo que uno hace, el que nos lleva a alcanzarla.
Todas las mañanas al despertar recuerdo, que toda superación es sólo para los valientes, y me repito esta frase de Morgan Freeman, famoso actor a quien admiro mucho: Haz de tu sacrificio un acto de honor.