Adviento
En el cauce de las mediatrices
alcanzaremos un poco de atención,
al menos un reojo a lo que concierne:
El poeta a sus versos,
el artista verdadero al arte verdadero.
He dejado felices anhelos
a la sartén de diciembre caliente
y preferí cerrar mi puerta al bullicio,
soslayarme mientras acaricio mi peste.
Nunca un amigo, un cliente, mejor,
jamás me visita la consorte muerte
y me siento orgullosa de su ausencia,
de este dejarme viva para resplandecerme.
Diamante pulido al rayo del desprecio,
de la soledad de la carne salada,
ensalada de matices culpables
porque fui yo quien lastimó a tanta gente,
por eso pago con réditos mis alcances.
La Navidad se escuece como piel de ave,
los preparativos me saben a vinagre.
Nacerá el amor sólo para quienes
sepan agradarle.