Breviario de una aproximación a la Psicología Clínica (Primera Parte)

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Podríamos iniciar señalando que la psicología clínica, como parte de la disciplina de la psicología, tiene una doble vocación dada su condición de ciencia, institucionalizada con la fundación en 1879 del primer laboratorio de psicología en la Universidad de Leipzig por Wundt. Por un lado, se trata de construir un conocimiento básico, de carácter empírico y experimental, y por el otro, ofrecer un conocimiento aplicado que sirve a la mejora práctica de las cuestiones propiamente humanas. Estas serían, pues la bases en las cuestiones que aquí nos ocupan ya específicamente en la vocación alrededor de los trastornos mentales.

            De este mismo contexto forma parte también la psiquiatría que no deja de estar influida por el Zeitgeist que da lugar a las ciencias humanas, de ahí tal vez que se considere a la psiquiatría como la más humana de las especialidades médicas. Ahora bien, la psicología aplicada ha ido definiendo distintos campos profesionales dentro de los cuales uno de los perfiles tradicionales es la psicología clínica. Así es como el psicólogo clínico integra conocimientos de muchos ámbitos con los que tienen que ver los trastornos mentales.

            De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU se afirma que los psicólogos investigan y estudian los procesos mentales y del comportamiento de los seres humanos, individualmente o como miembro de grupos o sociedades, y asesoran sobre estos conocimientos o los aplican a fin de promover la adaptación y desarrollo tanto individual como social, educativo o profesional de las personas.  También se señala sobre el tema; estudiar los factores psicológicos en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades mentales y trastornos emocionales o de la personalidad. (OIT, 1991) Esta última parte, tal vez, sea la que más se vincule en particular a la psicología clínica y el tema que nos ocupará aquí, acerca del problema del comportamiento de  los trastornos mentales en México; el papel del psicólogo y el psiquiatra, precisamente en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.

            Tenemos que la psicología clínica aplica los conocimientos y técnicas de la psicología al estudio del comportamiento anómalo, aquel que supone algún trastorno. Se interesa principalmente en establecer un psicodiagnóstico para identificar el trastorno, en analizar la condición psicopatológica y en llevar a cabo un tratamiento para remediar el problema y en su caso prevenirlo.  La historia de la psicología clínica corre paralelo  al estudio del comportamiento normal. Es de señalar el esquema de Reisman (1991) que en primer lugar presenta los conocimientos psicológicos del funcionamiento normal de la personalidad; luego las técnicas diagnósticas, las formulaciones psicopatológicas y los procedimientos terapéuticos y finalmente, la institucionalización profesional. En el caso de la psicología clínica también hay hitos y se podría decir que su bautizo se dio en 1896 cuando Lighner Witmer funda en la Universidad de Pennsylvania la primera clínica con el nombre de psicología clínica. Curiosamente en el mismo año que Freud funda el psicoanálisis.

            Al comenzar a  existir una necesidad social de la psicología clínica, por ello se habilita un sistema de formación en Psicología Clínica, con requisitos que eran avalados por la American Psychological Association. Esta formación se conocería como el modelo Boulder que focaliza la santa trinidad de la psicología clínica, a saber: la investigación científica, la evaluación psicodiagnóstica y el tratamiento psicoterapéutico. Si bien esta última parte se había reservado casi como exclusividad de la psiquiatría, en 1952 la misma American Psychiatric Association aprobará a esta como especialidad de la psicología clínica.

            Habiendo señalado brevemente el origen y el campo de acción de la psicología clínica ahora podremos hablar, ya propiamente del asunto de los trastornos mentales y así poder hablar en consecuencia de cómo se han comportado en México y cuáles son sus posibles causas. También habrá que señalar brevemente cuál es el papel del psicólogo y del psiquiatra ya en el diagnóstico, tratamiento y prevención de estos trastornos. Los trastornos psicológicos no son propiamente enfermedades mentales. La noción de enfermedad en medicina no contempla a los trastornos que forman parte del campo de la psicopatología. Es más, ni siquiera aquellos tan graves como la esquizofrenia o la depresión responden al concepto de enfermedad. No tienen una etiología biológica identificada y no se sabe más que hace un siglo acerca de los supuestos mecanismos cerebrales de la esquizofrenia y la depresión. Pero sí se sabe más de la complejidad de factores implicados y de la importancia de determinantes personales, familiares y sociales. Por ejemplo, la esquizofrenia es un espectro de trastornos, de sintomatología y pronóstico variable, a diferencia del Alzheimer que revela una entidad neurológica particular.

            Sin embargo, tanto la psicología como la psiquiatría poseen métodos e instrumentos para la identificación de dichos trastornos, así como también hay psicofármacos con eficacia probada para algunos de ellos. Para su plena identificación y diferenciación la misma Organización Mundial para la Salud (OMS) nos ha dicho que el trastorno es un término que se utiliza para señalar la presencia de un comportamiento o de un grupo de síntomas  identificables en la práctica clínica, y que en su mayoría se acompañan de malestar e interfieren con la actividad del individuo. Vale la pena señalar brevemente algunas cuestiones acerca del papel profesional del psicólogo y el psiquiatra con el fin de ubicar un poco lo que sería su actuar en cuanto a la problemática que nos ocupa, el aumento en México de los trastornos mentales. Podemos empezar diciendo que la única diferencia entre el psicólogo clínico y el psiquiatra en la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos mentales; está dada por la facultad legal del último para la prescripción de fármacos. Es más en los EU ya se da un gran debate acerca de la habilitación legal del psicólogo para también poder ejercer esa función. Cabe señalar la importancia que ha generado el psicólogo clínico hacia su profesión que incluso es señalada en uno de los más influyentes tratados de la Psiquiatría, me refiero al de Kaplan y Sadok en el que se afirma: La psicología clínica es aquel aspecto de la ciencia y la practica psicológica interesado en el análisis, tratamiento y prevención de las incapacidades psicológicas humanas y en la mejora de la adaptación y efectividad personal (Rodnik, 1989).