¡Di no a los literatos!
No aprendo.
Por culpa de uno terminé la relación más intensa que he tenido
Siete años tirados por unas cuantas letras y sus cuentos
Resultó un hombre encantadoramente loco
Obsesionado, pero no conmigo
Después vino el segundo
Este me enamoró en cuestión de días
Usando las palabras perfectas
La ortografía impecable
Versos seductores
Irremediablemente fui su presa (su prosa)
Hasta que se le agotó la tinta
O las palabras
O las ideas
O los sentimientos
Pero un día se perdió en el laberinto de esta ciudad
O de sus pensamientos
O de sus miedos
Fue un amor sin punto final
Eso fue lo que más me dolió
Para este momento de la historia
Apareció el consejo sabio
Esos no te convienen, son los peores
Viven en sus fantasías, búscate un ingeniero
Si hubiera sido prudente
Ese era el camino hacia la tranquilidad
Pero no lo tomé
Llegó un tercero
Un joven poeta
Me cegó con sus metáforas
Con su hipnotizante voz
El peculiar olor en su cuello
y el aroma a café que emanaban sus labios
Hasta él, me di cuenta de que son bipolares:
Te aman
Te olvidan
Te escriben
Te borran
Me regaló una noche perfecta
Que se desdibujó con el silencio de los días posteriores
Pero por más notas que me engrapo en los dedos
Me resulta imposible alejarme de ellos
Sus palabras adulteradas
Su carisma sapiosexual
La forma en la que te desnudan con sus frases
Cómo te derriten al acentuarte
De tanto leer se hacen doctos
Para trazar orgasmos en tu piel
Para traducir el punto g a respiraciones entrecortadas
Con esa capacidad única de garabatear tu espalda
Y de solucionar crucigramas en tu cuerpo
No me pidan alejarme de ellos
Pero por favor… no me permitan enamorarme de uno