Disciplina herramienta poderosa de la intención. (Primera Parte)

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Hablemos ahora acerca de la disciplina, un tema que implica modalidades, definiciones, puntos de vista, teorías; sin embargo, daremos  un enfoque de práctica  que convertida en hábito nos permitirá transitar de la mejor manera por este espacio, por esta vivencia que llamamos existencia humana. Se podría decir que se trata de un valor que se puede entrenar y es una extraordinaria herramienta para que el ser se imponga sobre el ego logrando eficacia y eficiencia en lo que sea que cada ser humano haya elegido como misión de vida.

Comienzo por comentar algunos conceptos que nos pueden ser útiles para iniciar y conocer sobre esta poderosa herramienta para vivenciar, con significación, nuestra propia existencia. Así como hemos hablado de la disciplina en tanto un valor, también es una capacidad que tiene que ver con la acción, que a final de cuentas es lo que sustenta la infinidad de momentos que van generando la existencia; sin embargo, hay que considerar que se trata de una capacidad de actuar, ordenada y perseverante para lograr un objetivo, me gustaría más sustituir esta palabra por la de un sueño. Por otro lado, hay que poner atención en la otra palabra: ordenada. Esto es porque se requiere de un verdadero compromiso con nuestro sueño. Se trata de estar dispuesto a salir de nuestra zona de confort y pagar los precios requeridos para lograrlo.

Para ello es que la disciplina nos dará una herramienta poderosa puesto que su misma naturaleza nos encamina al compromiso y nos entrena para estar dispuestos a realizar el esfuerzo requerido para ser eficientes y eficaces en la elección que tomamos. Al mismo tiempo que la disciplina es una capacidad, también es un método a seguir en el día a día, que puede ir desde la ética en la acción hasta la actitud de enfrentamiento de las situaciones que se van generando. Por otra parte, hay atender una definición que podría parecer más simple, pero que encierra una esencia interesante de lo que nos podría llevar a proponer a la disciplina precisamente como una virtud  y una herramienta poderosa para la transformación del ser. En este sentido, la disciplina en su forma más simple, es la coordinación de actitudes con las cuales se instruye para desarrollar habilidades, o para seguir un determinado código de conducta. Sin duda esto implica el desarrollo de un entrenamiento que inicia con la educación en casa.

Hay también otras asociaciones con la cuestión de la disciplina, pero que van enfocadas o se asocia por lo general, con obediencia a una autoridad y a un estilo de vida que se caracteriza por imponer privaciones, restricciones y limitaciones individuales, en beneficio de una institución, una idea o un programa. Es común, por ejemplo, oír hablar de disciplina militar, disciplina monástica o disciplina partidista, para mostrar la pertenencia a una institución, ya sea de carácter militar, religiosa o civil, a la cual se le debe la mayor obediencia, hasta el extremo de que sus integrantes renuncian a la iniciativa y a la libertad individuales para someterse a las reglas y designios de la institución. Lo que rescataremos de estas definiciones, si bien tiene que ver con la pertenencia, se refieres a que la disciplina fue elegida a partir del principio del libre albedrío, pero con el más estricto sentido del auténtico ser  para amar y ser amado.

Por ahí hay un término que más bien es asociado con los temas de la educación en las áreas de enseñanza aprendizaje, pero me parece que es, igualmente, aplicable a nuestro propósito pues nos hemos referido a un entrenamiento. Es interesante mencionar que cuando los seres humanos se enojan, funcionan a partir del cerebro básico o reptiliano, que está ubicado en el tallo cerebral, donde las reacciones son instintivas y primitivas, siendo las únicas opciones luchar o volar. Esto tiene que ver con lo que se conoce como estrategias de disciplina positiva las cuales permiten a niños y adultos reconocer sus sentimientos y elegir tranquilizarse, enfriarse, hasta que son capaces de volver a responder a partir de su cerebro racional, el cual está presente en la neocorteza, de tal manera que podrá enfrentar las situaciones de vida y por supuesto lo que se requiera para lograr los más grandes sueños con mayor eficiencia y aprender.

Para comentar un poco más a este respecto podemos hacer referencia a las investigaciones del psicólogo Alfred Adler, así como del educador y psiquiatra Rudolf Dreikurs quienes describen tres modelos de disciplina, diría tres estilos de afrontar nuestros objetivos, nuestros sueños. El primer estilo es el llamado restrictivo, es el punitivo, el que está relacionado con el castigo. En este estará presente  un control excesivo, orden sin libertad, no se dan opciones nos encontramos con frases como: tú haces esto porque yo te lo digo, y punto. Todo esto, se dice que en aras de la obediencia, la unilateralidad, el no desacuerdo, ideas paternas con único valor. Sin embargo, este estilo es muy posible que pueda crear personas dependientes, generar baja auto-estima, de manera paradójica la obediencia se convierte en consecuencia de temor, puede generar dificultades en las relaciones interpersonales. Acá se trata precisamente de lo contrario: que a partir de un sano desarrollo y entrenamiento de la autoconciencia las relaciones interpersonales sean motor de motivación para lograr nuestros más grandes sueños.

Un segundo estilo sería el permisivo, es decir, el opuesto al punitivo. Éste es igual de dañino, está un tanto arraigado, por ejemplo, en personas a quienes se les dificulta decir que no, al mismo tiempo les gusta complacer a todo el mundo. En este estilo no existe dominio  y por lo tanto terminan perdiendo el control y/o el manejo sobre sus emociones. Hay libertad sin orden, ilimitadas posibilidades de elección, así es que tú puedes hacer lo que quieres. Sin embargo hay que hacer la distinción entre libertad y libertinaje. Este estilo se inclina más a lo segundo. Así, habrá consecuencias en donde se verá la justificación y la manipulación y se promoverá más un estilo de víctima que el de responsable. Este último concepto vamos a impulsar. Se trata de un entrenamiento en el que se tenga la capacidad de responder a lo que resulten nuestras elecciones en la acción. Esto implica un entrenamiento en una atmósfera cordial, firme, digna y respetuosa.

Finalmente, la actitud que nos interesa es  la disciplina positiva tratando de no caer en ninguno de los extremos anteriormente mencionados. Acción con firmeza, con dignidad y respeto, libertad con orden, ilimitada capacidad de elección, en donde tú puedes elegir y hacer lo que desees, dentro del respeto por los demás. Se trata entonces de ser amable y firme de manera simultánea, ser respetuoso y al mismo tiempo motivador del sentir, pensar y actuar, eficaz a largo plazo, pues la enseñanza de habilidades sociales y emocionales permanecerá para toda su vida. También hay que hablar de que el entrenamiento de habilidades para la vida considera el respeto por sí mismo y por los demás, capacidad de resolución de conflictos, participación, colaboración, y responsabilidad en comunidad. Hemos hablado de un entrenamiento emocional, por tanto, desarrollar las capacidades y ser conscientes de ellas.