El bienestar
Subjetivo como firma autógrafa,
la historia acotada por los buenos,
afectiva-emocional la vía prohibida,
cognitivo-racional aquella permitida;
no importa, magnates,
controlen las variables desde la cima,
salud, dinero y amor para vivirlo,
top down le decimos, elegir de arriba abajo,
no morir de insomnio o de miedo.
Los pobres somos pobres y existimos
aunque no sabíamos, Mr. Wilson,
de la teoría de la felicidad y sus caprichos,
soñamos con modestas aspiraciones y sueldos,
bajos, pero honestos, no se pide más,
–mire, si no lo supieran los griegos–,
hoy, el bienestar social cabe en una chocolatina.
La persona feliz, nueva utopía, aunque
el mundo se reordene en otros reinos
más caros y rebeldes, a la buena vida
la seguimos a cualquier infierno disponible.