El destino

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El destino, es el camino por transitar, el lugar por llegar, la meta por alcanzar. Hablar del destino es esperanza, expectativas y posibilidades.

Se conoce como destino, la fuerza sobrenatural que actúa sobre los seres humanos y los sucesos que éstos enfrentan a lo largo de su vida.

En el ámbito de lo terreno o de lo humano, el destino puede ser considerado como suerte, inclusive fatal o final. En lo personal, considero el destino, como una posibilidad, permítame explicar mi punto,

Si yo caminará todos los días al salir de mi casa con los ojos vendados, conociendo hacia donde debo dirigirme, pero sin poder ver realmente por donde llevar mis pasos, probablemente mi destino se resolvería rápidamente, al topar con el primer obstáculo, claramente mi primer obstáculo puede ser inclusive fatal, en tal caso, se podría pensar que mi camino, esta sujeto de hecho a la suerte, ya que, mi primer obstáculo puede ser una pared o el frente de un auto en movimiento.

Es así que, si yo pensará que mi destino depende de la suerte o de la rotación de la tierra, pienso que jamás saldría de casa.

Me gusta más pensar que mi destino está ligado por una parte a la determinación de mis acciones y por la otra al cumplimiento del pacto divino entre Dios y su creación.

Mire usted, permítame compartirle lo que al respecto nos enseñaron los grandes hombres y mujeres de la historia de la humanidad.

Mahatma Gandhi, por ejemplo, decía que nosotros somos los dueños de nuestro destino.

“Tus creencias, decía Gandhi, se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino.”.

Aristóteles por su parte, presenta entre otros asuntos, en sus escritos a Nicómaco, la claridad al respecto de la forma, en que los sucesos de la vida, influyen en mayor o menor grado en el desenlace de nuestro propio destino.

Moral a Nicómaco · libro primero, capítulo IX.

“Sostener que la suerte de nuestros hijos y de nuestros amigos no pueda influir ni poco ni mucho en nuestra felicidad, es una teoría excesivamente austera, y que además tiene el inconveniente de ser contraria a las opiniones recibidas.”

NUESTRO ETERNO DESTINO

Todos tenemos la posibilidad de ir al cielo

La Madre Teresa de Calcuta escribió un día estas palabras en el depósito de cadáveres de la Casa de Moribundos de Calcuta:

“Cualquier persona tiene la posibilidad de ir al cielo. El Cielo es nuestra casa. La gente me pregunta sobre la muerte, si la espero con ilusión, y yo respondo; claro que sí, porque iré a mi casa. Morir no es el fin, es solo el principio. Este es el sentido de la vida eterna: es donde nuestra alma va hacia Dios, a estar en presencia de Dios, a ver a Dios, a hablar con Dios, a seguir amándole, con un amor más grande.”

Ahora bien, el profeta Jeremías, dejando escuchar la voz de Dios al pueblo de Israel, presentaba la noción por una parte, de la intervención de Dios en el destino de los seres humanos, pero también, el ejercicio del libre albedrío al reconocer la capacidad que Dios mismo da a los seres humanos, de aportar con sus acciones diarias, trazos al plano original de Dios.

Jeremías hablo profecía al pueblo de Israel:

“Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”

Y hablando del plan original de Dios Jeremías expreso diciendo: “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» –declara el SEÑOR– «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.”.

Pablo el apóstol hablando a los gálatas decía que todo lo que el hombre sembraré eso también segará, es decir no hay sorpresa ni engaño, Dios predetermino un destino para la humanidad, un destino de bien, de paz, de amor.

Pero lo que Pablo decía es claro, segamos lo que sembramos. No hay truco, si sembramos verdad, segamos verdad, si sembramos amor y paz, eso también segaremos, pero si sembramos destrucción, desamor, desigualdad, mentira, corrupción y engaño, eso tal cual segaremos.

“Porque a los que de antemano conoció, también {los} predestinó {a ser} hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos…”

La idea es clara y lo dejo a su consideración, un plan original, plantea el destino de la humanidad, el plan refiere la voluntad de Dios de un mundo hermoso del cual los seres humanos nos enseñoreemos, una vida de paz, de amor, de amistad y buena voluntad, pero finalmente, nosotros determinaremos si nos adherimos al plan original o si con nuestras acciones diarias encaminamos nuestro destino final a la oscuridad total.

Al final entendemos que con el destino tenemos que ser claros y entendidos.