+ El Populismo Contra el Que Votarán los Mexicanos el 6 de Junio
La frase
Lo más lamentable en lo que va de las campañas el sainete de Juan Sánchez quien quiso saludar a Armando Enríquez y éste no le extendió la mano.
DE PENA AJENA
LA APORTACIÓN DE MARTHA HILDA GONZALEZ CALDERON
Durante el debate de los candidatos a la presidencia municipal de Toluca, que organizó la COPARMEX, estuvo presente la ahora ex Secretaria del Trabajo, Martha Hilda González Calderón, quien confirmó que renunció al cargo y acudió al evento como ciudadana y ex alcaldesa de Toluca, convencida de que Raymundo Martínez Carbajal, de la Alianza Va por el Estado de México (PRI, PAN, PTRD), representa la mejor opción.
Su liderazgo social y político, así como el trabajo que ha realizado durante toda su vida por la capital del Estado de México suma y fortalece la campaña, no solo de Raymundo Martínez Carbajal, sino de los aspirantes a diputados, locales y federales, por Toluca. Braulio Alvares Jasso, Paola Jiménez Hernández y Melissa Vargas Camacho.
Martha Hilda tiene una gran experiencia política pues se ha desempeñado como Diputada federal y local; además, fue alcaldesa de Toluca y por lo tanto conoce muy bien la capital mexiquense, lo cual abonará al impulso de propuestas para beneficio de los toluqueños.
El haberse separado de su cargo habla de la honestidad a toda prueba, para poder sumar a la campaña de Raymundo Martínez Carbajal. Sin duda una gran aportación a la campaña del candidato del PRI, PAN y PRD a la presidencia municipal de Toluca.
Es conocida la amistad y el trabajo conjunto, desde el punto de vista político, que han realizado en los últimos años Martha Hilda y Raymundo.
En el caso de Braulio, Paola y Melissa, son personas muy cercanas a Martha Hilda.
Luego entonces, si Martha Hilda renunció a su cargo, es porque sabe que todos ellos pueden ganar las elecciones del próximo 6 de junio, pero quizá les haga falta el refuerzo de su experiencia, su presencia, su don de gentes, su sangre liviana para caer bien son sin duda ingredientes poderosos para estañar las heridas dentro del priismo y enfocar baterías a darles el triunfo. Recurso políticos no le faltan, conocimientos tampoco.
Sobre todo cuando en la más reciente encuesta pagada por uno de los protagonistas, que no es ni del PRI ni del PAN ni del PRD, se da un empate técnico, pero el maquiavélico realizador de la encuesta no dice empate entre Juan Rodolfo y Raymundo, sino dice determinado porcentaje a favor de morena y casi ese mismo porcentaje a favor de Raymundo, pero a la hora de mencionar a Juan Rodolfo este se cae por su propio peso.
El resultado es de pronóstico reservado, con la ventaja para la alianza priista de la aportación de Martha Hilda.
El Populismo Contra el Que Votarán los Mexicanos el 6 de Junio
Para el antropólogo, sociólogo e investigar mexicano, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),y antiguo militante del Partido Comunista Mexicano, Roger Bartra, autor de la obra “El Regreso a la Jaula”, el Populismo contra el que votarán los mexicanos este 6 de junio, es el que personifica el presidente Andrés Manuel López Obrador y que consiste en querer restaurar el viejo régimen preneoliberal por considerarlo una edad de oro, de crecimiento y bondad, cuando en realidad se trató de un infierno de represión y autoritarismo; de miseria, de enfermedad y de violencia, donde la gente iba a dar a la cárcel por cualquier motivo.

Bartra explica que el Populismo no es una ideología política sino una estrategia política determinada y un fenómeno de cultura política que se sustenta en un liderazgo personalista fuerte, carismático, autoritario, un personaje que asume que representa los intereses del pueblo.
Aclara que la restauración en estricto sentido no es posible, porque las sociedades no regresan a su antigua situación, por lo que el peligro no consiste en que pueda materializarse, sino en los fuertes movimientos de orientación restauradora con los que está tratando de hacerlo, y se puede llegar a una situación peligrosa en la que se avecine una crisis que implique un desorden político considerable.
En ese intento de retorno al viejo nacionalismo revolucionario, autoritario y extremadamente corrupto, “yo me temo que las tensiones políticas lleven al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su grupo a tomar decisiones que todavía sean más desastrosas, que desencadenen una desorden generalizado”, apunta Bartra y especifica:
Su estilo de gobernar es completamente irracional porque se centra en un exacerbado nacionalismo muy rancio y cursi utilizando diversas máscaras, a veces la de los líderes de la Independencia, después la de Juárez, la de Madero, sobre todo la juarista en su farsa por aparentar moderación, austeridad y medianía, pero sin ninguna reforma del calado de las que hizo el presidente Juárez al expropiar los bienes de la Iglesia o desamortizar las propiedades eclesiásticas.
No solo eso, abunda Bartra, sino que, en una de las cosas más ignominiosas que han ocurrido en la política mexicana, Andrés Manuel López Obrador se prestó para ayudar a Donald Trump, el gran populista de los Estados Unidos, en su campaña por la reelección.
De risa fue también su intento por construir una constitución moral que acabó en una guía ética, propia de un populismo de derecha, al que realmente pertenece y obedece con facetas de carácter reaccionario en política económica con su intento de regresar a la economía de los años 60 y 70 de México: una economía fuertemente estatizada, pero mixta y con un ingrediente claramente derechista, que es la política de austeridad y la negación a una reforma fiscal avanzada y progresista.
A todo esto se agrega, como una razón más para alarmarse, su necedad por emprender una férrea militarización del país, que lo describe a la perfección como un gobernante de derecha y no como presume, de izquierda, bandera a través de la cual llegó al poder, engañando primero y decepcionando después.
Para Bartra, la democracia mexicana logró un avance significativo con la transición democrática que sucedió al presidente Ernesto Zedillo, con todo y sus problemas, contradicciones e incoherencias, “pero quienes hemos vivido el despotismo anterior, realmente celebramos esa transición y por lo mismo estamos muy espantados por la actual regresión contra el espacio de la democracia y la transición que no termina de consolidarse después de 20 años; es muy joven, embrionaria”.
Tan corren peligro la democracia y la transición, que Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quiere liquidar estos restos de la transición democrática, a los partidos políticos y al INE, instituto autónomo, que es el principal instrumento que se creó para garantizar la transición, “y que es otra de las bestias negras del actual presidente de la república”.
Ante todo este panorama desolador, los mexicanos tendrían que votar este 6 de junio contra el partido de un presidente que responde a una especie de machismo institucional, a un estilo irracional de gobernar con su enfrentamiento al movimiento feminista, a mujeres que luchan masivamente por la igualdad y sus derechos; que se enfrenta con groserías a los intelectuales críticos, a los medios masivos de comunicación y a los partidos políticos, incluyendo a Morena.
Sin una oposición política articulada, lo que sobra es un deseo ciudadano ferviente por equilibrar las cosas y que, por lo pronto, sería simplemente que el Gobierno no tuviera una mayoría aplastante en el Congreso de la Unión, en los Estados y en los Municipios, para obligarlo a negociar y quitarle la aureola de autoritario, ¿no le parece a usted, estimado lector?