El Secreto de Maston (1889)
Imaginación creadora, la de Verne
Ante todo, está y estará siempre en todas sus obras, la pasión por la imaginación creadora que se expresa en los nuevos inventos de la ciencia, y que conduce inevitable y afortunadamente, al avance y crecimiento de la humanidad.
Barbicane tiene ahora la mira en el Polo Norte, pues desea alterar la inclinación de la Tierra, usando un cañón gigantesco.
Así es mis amigos, con esta obra, nuestro autor cierra la saga comprendida por:
- De la Tierra a la Luna
- Viaje alrededor de la Luna
Aunque, en honor a la verdad, hay que decirlo, esta novela no goza de tanta fama como sus antecesoras. Será quizá porque ya no se centra en el satélite terrestre.
Si bien la Luna ya no aparece en esta tercera parte, sí los hacen los miembros del Gun Club. Recordemos que ese club está formado por antiguos artilleros de la guerra civil norteamericana que buscaron nuevas formas de entretenerse.
Veinte años han pasado desde los acontecimientos selénicos.
En esta obra se llega a apreciar cómo usamos la tecnología para meros caprichos olvidando incluso su uso principal, como ejemplo, basta leer el coqueteo de J.T. Maston con la multimillonaria señora Scorbitt.
Esta historia es tan verídica como inverosímil, pues si bien el hombre no busca alterar la posición de los Polos terrestres (por ahora), sí contamina sus ríos, tala sus árboles, aniquila sus especies y contamina sus aires, Y todo ello en busca del dinero desmedido y la satisfacción personal.
Nos recuerda el uso desmedido del dinero y sus consecuencias, así como que cohabitamos en un delicado equilibrio en el que cualquier pequeño cambio puede desencadenar una repercusión en el mundo.
Dato Extra: El lugar elegido para el cañonazo es el Kilimanjaro que se encuentra a unos 3º de latitud sur y a unos 37º de longitud este. Aquí se situará el ecuador y la longitud 0º más adelante.