Féminas

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Saludos, querido lector, deseo que esté tomando las precauciones pertinentes ante esta nueva ola de contagios. En tanto le invito a seguir nuestros espacios de opinión en Poderedomex.com

Le cuento que esta semana, después de un par de meses, terminé de ver una serie de televisión, Peaky blinders, una serie ambientada en Gran Bretaña después de la guerra. Soldados regresan a casa, para introducirse a nuevas revoluciones y nacen bandas criminales. El lugar donde se desarrolla la historia es Birmingham, que será la casa de un grupo de gangsters que surgen de la calle para un día convertirse en los reyes de la clase obrera, o al menos así se presenta en la sinopsis.

La historia gira en torno al líder de la banda criminal y sus hermanos quienes encabezan la mafia en su ciudad, muestran cómo se ven involucrados no sólo en crímenes del orden común sino cómo se relacionan con funcionarios corruptos y en algún punto llegan a servirles, también se ven las luchas entre pandillas, como el honor, la lealtad y la valentía forjaban los hombres de ese tiempo que no tenían otra salida que ajustarse a ese tipo de vida si no querían perderla o algún integrante de su familia.

Años después de 1945, en los que hombres y mujeres volvían a las industrias y exigían trabajos justos y salarios para poder vivir con decoro, también seguían las luchas del comunismo y fascismo que traía constantes inconformidades entre los asalariados y dolores de cabeza para los capitalistas. También seguían suscitándose casos de racismo y diferencias entre las castas de la realeza que quedaban.

También se ve la violencia que azotaba a la sociedad, no solo estructural y económica como ya mencionábamos, sino también la violencia en la colectividad, los matrimonios arreglados, las injusticias, las violaciones de mujeres y el racismo.

Resultó interesante ver la parte humana de estos personajes, hombres que tuvieron que vivir la guerra, matar a otras personas por su nación y volver para en casos extremos, volver a matar a propios y extraños para sobrevivir en su propia tierra.

La historia está basada en los hermanos Shellby que se dedicaban a robos, apuestas ilegales y tráfico en 1890, una banda que no tuvo los alcances que se presentan en la serie. Reitero, lo interesante fue ver cómo estos hombres duros y en momentos fríos para matar, en momentos los doblegaba el trauma de haber vivido una guerra, el amor y su guerra con la propia consciencia.

Otro aspecto que llamó fuertemente mi atención, fue el cómo fueron construidos los personajes femeninos y digo construidos porque eran personajes con rasgos muy particulares pero que había un común denominador en ellas, su dominio e influencia en estos hombres.

Mostraron a la mujer madura que aconseja a los y las más jóvenes, además poseía poderes de clarividencia, herencia de su ascendencia gitana, una mujer que asegura su posición entre los dirigentes de la mafia por su sabiduría y visión especial. Esto no la exime de vivir atormentada por haber perdido a sus hijos: tras ser acusada de robo, la sociedad católica decide enviar a sus hijos con otras familias. Motivo que le dotó de un carácter frío y a veces desafiante en un mundo de hombres sedientos de poder.

Ese lugar de poder también la vuelve vulnerable, pues en la lucha entre bandas ella es objeto de amenazas y violencia física como una manera de agredir a la organización delictiva a la que pertenece y porque al ser mujer, el golpe es más fuerte.

Esta es una situación que siguen adoptando las mafias, aquí ya habíamos comentado alguna vez; que la mujer es reducida a un cuerpo como botín de guerra, una teoría de la que habla la investigadora Rita Segato, ella dice que utilizan el cuerpo de las mujeres, para demostrar la destrucción moral del enemigo, el cuerpo de la mujer es el bastidor o soporte en que se escribe la derrota moral del enemigo.

Desafortunadamente es una situación que sigue reforzándose inconscientemente en la cultura colectiva a través de estas ficciones que vemos en televisión, cines, libros que influyen en nuestra capacidad de asombro, y que se ve esta influencia en los innumerables feminicidios, crímenes de odio y los homicidios cometidos por el crimen organizado y de homicidas y no nada más el asesinato, sino también la violencia en contra de las mujeres.

Algo que también me parece que está repetitivo en la historia es que las mujeres que aparecen, utilizan su aspecto físico y sexapil para influir y obtener beneficios de los hombres. Quiero pensar que nuevamente atiende a un tiempo y sociedad especifico, pero creo que ya es demasiado.

Me pareció sexista que se reduzca las habilidades de una mujer a su sexapil y además es un tanto insultante para la figura masculina que, a través de la atracción sexual, es que se les puede dominar o al menos fue el mensaje que daba a entender. Aunque recordemos que estamos hablando de una ficción, pero recordemos  que muchas veces la realidad supera a ésta.

Como es sabido, esta concepción de lo femenino es insertada en nuestra psique desde el inicio de los tiempos, la mujer sensual y que incita al hombre a pecar, a caer en la tentación, a perderse, es así como comienza la construcción de la imagen de lo femenino: la mujer ideal, sumisa, pero también perversa y astuta, casta, pero también sensual. Be a lady they say, sé una dama dijeron.  Es todo aquello que dicen debe ser una mujer, todo lo que leemos que debe ser una mujer, en los cuentos, en la biblia, según cada cultura, lo que acomode a los intereses de las sociedades y si es diferente del ideal entonces es una bruja, una rebelde, una loca.

Pero desafortunadamente estas ideas e imágenes de estereotipos de mujeres se siguen replicando, no sé si a causa del inconsciente o por gusto, porque está mejor como mujer, tener este cierto poder soportando la sumisión. Y lo podemos constatar en las parejas disfuncionales de hoy que se han vuelto tan populares, los famosos tóxicos, hombres y mujeres que utilizan sus tácticas ya sea de sexapil o de control sobre aquellos que desarrollan una dependencia. Y digo que es disfuncional porque no es sano, y deberíamos dejar de romantizar estas ideas de que las relaciones así deberían ser, y más aún, dejar estas prácticas que sólo coartan la libertad de amar.

Pero bueno, fino y aguzado lector, aquí queda la provocación, cómo es posible que sigamos replicando prácticas que, por años, se ha demostrado que no son nada sanas  y que los escritores y creadores de historias y de contenidos sigan replicando lo mismo; y usted me dirá ¿es posible que hacerlo diferente funcione?

Cierro con esta frase: que nada nos limite, que nada nos defina, que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia. Simone de Beauvoir.