IMITACIÓN ES PRUEBA
La lista de libros que tratan sobre el tema de las mujeres es cada vez más infinito. Eso es, una fortuna para quienes buscamos comprender por qué la mujer es como es. Cómo es que ha ido a través de la historia dando vida, con sufrimientos y batallas indecibles que de sólo narrar una a la vez se convierte en proezas de vida muchas veces. Los nombres a lo largo de nuestra historia no tienen para cuando parar. Se comprender, como dice Julián Marías, el filósofo español, que la atención a su comprensión todavía está por hacerse en nuestro mundo occidental. Es de tal riqueza las expresiones de su vida que no hay cultura o literatura que no deje de sorprender cuando de ella se habla. Los grandes libros como La Biblia, Las mil y una noche, La Ilíada, La Odisea, El Decamerón, Lolita, El amante de Lady Chatterley, Mujeres enamoradas, Anna Karenina, Madame Bovary, Mujercitas, La reina del sur, Lagrimas en la lluvia, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, El guardián invisible, La caja negra, Alicia en el país de las maravillas, Jane Eyre, Orgullo y prejuicio, La casa de Bernarda Alba, Yerma, Antígona, Doña Bárbara, Jane Marple, Dulcinea, Lo que el viento se llevó, Los empeños de una casa, Los juegos del hambre, La casa de los espíritus y, cientos de títulos más, donde la mujer es el principal personaje.
Sólo la lectura de estos y muchísimos libros más nos darían un macrocosmos del comportamiento femenino en el cual demostraría toda la obra la riqueza de sus emociones, la complejidad de su personalidad, la dificultad a la visión etnocentrista del hombre, que cree que la cultura la ha hecho él solo. Una visión que es propia de los estudiosos de todo tipo: incluso Charles Darwin, en su más famosa obra: El origen del hombre, texto publicado en 1871, con reedición mejorada en 1874, deja ver que su estudio tiene que ver con el tema del Hombre, y se comprende que habla del género humano, pero no hay una división que dé como resultado las diferencias entre el macho y la hembra. El índice relata esta visión: Pruebas de que el hombre desciende de una forma inferior; facultades mentales del hombre y de los animales inferiores; Modo como el hombre se ha desarrollado de alguna forma inferior; desarrollo de las facultades morales e intelectuales en los tiempos primitivos y en los civilizados; Afinidades y genealogías del hombre; Las razas humanas. Todo este panorama de un estudio de muchos años que son parte de la investigación humana que nos da la capacidad genial de Darwin, comprueba que han sido los últimos tres siglos que la mujer se ha hecho visible en diversos campos de la cultura humana.
Con ello se ha comprobado lo mucho que ha participado en la historia del ser humano, sin que se le tuviera en cuenta como la otra parte, en calidad de socio o socia con todos sus derechos y no solo deberes. En este año 2021 los acontecimientos de Afganistán han de comprobar el regreso a la barbarie y a quitarle a la mujer en ese país y en todo un territorio del Asia y el Medio Oriente, donde la mujer sigue siendo esclava de todo lo que se conozca y se comporte como hombre, sin que interese la edad. Un niño de 5 años bien puede acompañar a la mujer al mercado o al banco o al hospital, porque ella sola no puede andar por la calle como si fuera igual al hombre, o al macho en su expresión más retardataria. El siglo XIX es detonante en áreas del pensamiento: investigaciones de campo y desarrollo tecnológico que han llevado a ser lo que es este siglo XXI con sus atrocidades por delincuencia organizada y corrupción en la política. El siglo decimonónico es con obras como la de Charles Darwin y otra más, que se nos hacía estudiar en universidades y escuelas normales de México: El origen de la propiedad privada, la familia y el Estado de Frederick Engels, intelectual que diera tanto apoyo a los estudios y la práctica de Carl Marx, y dicha amistad hizo surgir a partir de El manifiesto comunista, la idea en el mundo que se podía crear otros sistemas de vida social, de gobierno y de igualdad para los hombres, incluida la mujer. Tres libros emblemáticos del siglo XIX que no se pueden dejar de estudiar, pues representan expresiones en espejo de cómo estudiaban y cuáles eran las ideas dominantes. Por eso, al revisar El origen del hombre, se comprende que los estudios de Darwin dan un salto de calidad para comprender el origen y desarrollo del hombre. Y sí, la palabra hombre aparece una y otra vez, significando con ello el género, pero también se utiliza con mayor frecuencia haciendo sentir que es un estudio sobre la presencia masculina. Esto no quiere decir que el estudio de la mujer no sea un hecho presente, cito: El amor maternal se manifiesta hasta en los detalles más insignificantes. Rengger ha visto un mono americano (Cebus) ahuyentar con cuidado las moscas que atormentaban a su cachorro. Duvancel vio un hilobatos que lavaba la cara de los suyos en el arroyo; las hembras de los monos experimentan tal tristeza cuando pierden a sus cachorros, que Brehm ha visto (en algunas especies que ha observado cautivas en el África del Norte) morir a consecuencia del dolor. Los monos huérfanos son siempre adoptados y guardados cuidadosamente por los otros monos, tanto machos como hembras. Este tipo de observaciones hacen ver que la presencia de la hembra es fundamental en toda especie viva en la tierra.
Hay hombres y mujeres que nacen para observar, ver lo que a su alrededor sucede, muchas veces, van más allá en el campo de la astronomía. En los escritores que hacen del libro y la lectura su principal escuela el mismo caso, escribe Darwin: El principio de la imitación es poderoso en el hombre; sobre todo en su estado salvaje. Desor hace notar que ningún animal imita voluntariamente un acto efectuado por el hombre, hasta que remontando la escala zoológica se encuentra a los monos, cuyas disposiciones de cómica imitación son de todos conocidas. Esta cualidad humana: imitación, escuela de la inteligencia, sobre todo, de genios que al hacerlo rebasan a quien imitan y mejoran lo que copian. Así es en la historia humana. Es en este aspecto una de las negaciones más graves con que se encuentra la mujer al tratar de imitar lo que hace el hombre: ¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡Puede superar al hombre! Por esto por miles de años no se le ha permitido gobernar, como si lo ha hecho el hombre haciendo guerras, destruyendo pueblos, apropiándose de tierras, mares y cielos. ¡Cómo la mujer va a imitar al hombre! y si llega a aparecer una Madame Curie puede lograr dos Nobel en física y química. Hecho que ningún hombre ha podido hacer en toda la historia de los premios que entregan Suecia y Noruega. Igualdad social, política, cultural, educativa entre el hombre y la mujer, nos recuerda Darwin: A mi modo de ver, hemos ya demostrado que el hombre y los animales superiores, especialmente los primates, tienen en común algunos instintos. Todos poseen los mismos sentidos, intuiciones y sensaciones; pasiones, afectos y sentimientos, aun los más complejos los tienen parecidos. Experimentan la sorpresa y la curiosidad; poseen las mismas facultades de imitación, de atención de memoria, de imaginación y raciocinio, aunque en grados distintos.
Esto Charles Darwin lo dice a tres décadas de que se termine el siglo XIX en que le toca vivir. Sus estudios están hechos sobre el campo y en las lecturas de decenas y decenas de otros estudiosos en diversas materias de las Ciencia Sociales y exactas. La obra del investigador inglés da tantas líneas de reflexión y estudio, por ejemplo: la imitación de gritos musicales por sonidos articulados, ha podido ser el origen de palabras, traduciendo diversas emociones complejas. Por la relación que tiene con el principio de imitación, debemos hacer notar la fuerte tendencia que presentan las formas más próximas al hombre (monos idiotas, microcéfalos y razas bárbaras de la humanidad) a imitar cuando llega a su oído. Al estudiar el desarrollo del lenguaje en el hombre y la mujer, es seguro que hemos de encontrar admirables sucesos de los que no nos hemos dado cuenta: el estudio y escucha de la Ópera en sus mejores cantantes de ambos sexos es prueba.