+La lógica ilógica de Nacho Ambriz; Descarriló la 4T: Porrismo, Terrorismo y Pisotear la Constitución
La frase:
Gana si puedes, pierde si es necesario, pero ¡nunca abandones!
CAMERON TRAMMELL
LA LÓGICA ILÓGICA DE NACHO AMBRIZ
Con el peligro de pagar una multa de 33 millones de pesos si queda en el lugar 16 de la tabla de cocientes, sin posibilidades de calificar, ni siquiera al repechaje, este Toluca de Francisco Suinaga Conde como presidente, desde ya hace 5 años, Antonio Naelson Matías como secretario Técnico desde el 26 de agosto de 2019, quien entró para recomponer lo que estaba mal hecho, nos viene a demostrar que, como jugador, fue grande, pero como directivo, le ha quedado grande, pero muy grande, enorme, la camiseta.
Todos ellos, acompañados de Ignacio Ambriz y su cuerpo técnico tienen al Toluca en una situación de mediocridad pocas veces vista. Ayer sumaron su derrota 8, si pierden ante el León sumarían 9, igual que en el torneo Apertura 2019 en que Toluca sumó 9 derrotas, 16 goles a favor y 26 en contra.
Hoy el Toluca tiene 5 victorias, 3 empates y 8 derrotas, 17 goles a favor y 32 en contra para sumar apenas 18 puntos. Ha habido otros torneos peores, pero no se comparan porque eran campeonato de dos vueltas, es decir con 38 jornadas jugadas.
Nacho Ambriz, quien se ha cansado de decir que él es el único responsable, ayer lo confirmó al aplicar su lógica ilógica, lo cual tiene los resultados que merece esa lógica.
Con la ausencia de Haret Ortega en la defensiva por acumulación de tarjetas y la de Claudio Báez por la misma situación, el librito no escrito de un técnico, le daría la opción a Sartiaguín en la defensiva y a Pablo González en la media, pero no, decidió perdonar a Óscar Vanegas, lo cual se convirtió en la peor decisión de su vida. Y a Diego Rigonato en vez de Baeza. El resultado de 4-2 es contundente.
Imagínese la decepción de Sartiaguín y Pablo González al no ser utilizados.
Dos de los goles del Atlas, los que marcaron la diferencia fueron sendos penales cometidos por Vanegas, quien no da la talla de una defensiva de polendas, como la que requiere el Toluca.
Primero además de jalón de camiseta le pegó una cachetada a Quiñones y en el segundo mantiene la mano arriba en un remate de cabeza de Furch.
Ni como cuestionar la decisión arbitral, que además le costó la expulsión al colombiano.
De nuevo Ambriz incluye tardíamente a Isaías Violante, la mejor promesa que tienen los rojos y a pesar de ello, anota un golazo. Antes Nacho había preferido a Samudio, quien no tiene nada qué hacer en el Toluca, a Sanvezzo y después a Canelo, el brasileño estrelló un balón en el poste, Canelo tuvo dos, pero nada.
Total, un Toluca como para ponerse a llorar si es usted un seguidor recalcitrante, una millonaria inversión en refuerzos para este torneo, tirada a la basura y la posibilidad de que Don Valentín tenga que sacar 33 millones de pesos más para pagar una multa por cociente.
Cómo gritó el poco público que asistió: ¡Que se vayan todos los que no quieren jugar y los que no saben dirigir!
Descarriló la 4T: Porrismo, Terrorismo y Pisotear la Constitución
Las dolorosas derrotas consecutivas sobre la Revocación de Mandato, pero en especial la Reforma a la Ley Eléctrica, terminaron por descarrilar al gobierno de la Cuarta Transformación, mismo que agudizó sus prácticas autoritarias con acciones porriles, de franco desacato a la Constitución y de claro terrorismo para perseguir a sus adversarios políticos, acusándolos absurdamente de traidores a la patria y azuzando a sus masas a someterlos a un linchamiento público.
Acostumbrado a imponer su voluntad, por las buenas o por las malas, el presidente Andrés Manuel López Obrador endureció sus muestras de sometimiento a los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, para lograr la aprobación al vapor y con el obligado respaldo de sus incondicionales, de una ley de nacionalización del Litio que pretende le lavará la cara del fracaso.
La realidad le evidenció la pérdida de seguidores convencidos y el quedar reducido a un gobierno respaldado únicamente por incondicionales a causa de las limosnas públicas que reciben a cambio del aplauso y el sufragio cuando sea necesario, si es que se cuenta con acarreo y box lunch para no desfallecer.
Las urnas y las curules vacías, por un lado, y el rechazo a la Ley Eléctrica que le significaron el fin del sueño guajiro para colocarse en la historia mexicana a la altura de Lázaro Cárdenas del Río y Adolfo López Mateos en materia de nacionalización de energéticos, puso colérico al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien de un manotazo nacionalizó el Litio que ya estaba en manos mexicanas, únicamente para aparentar levantarse de la lona con un triunfo que nadie le aplaudió ni le agradeció, por ser tan falso como sus promesas.
No soportó ver la victoria y el resurgimiento del bloque opositor, la euforia ciudadana que los alentó a mantenerse unidos en rechazo a la reforma eléctrica y con miras a las contiendas electorales que pondrán en juego seis gubernaturas en el presente año, dos en el 2023, y en particular la sucesión presidencial del 2024, donde podría servir de tumba a su anhelada Cuarta Transformación, por lo que inmediato improvisó su estrategia de linchamiento mediático y político, tachando a sus contrincantes políticos de traidores a la patria y condenarlos al basurero de la historia, pero sobre todo haciendo un llamado a sus incondicionales al linchamiento en la plaza pública. La orden es soltarles al tigre.
De poco le sirvieron al presidente Andrés Manuel López Obrador su elevada popularidad entre los mexicanos, o ser catalogado como el segundo presidente en el mundo, con mayor popularidad, si las dos derrotas consecutivas ante el bloque opositor que tanto minimizó, se alzaba con victorias aplastantes ante la euforia ciudadana que les aplaudía y alentaba a mantenerse unidos y desechar las ocurrencias presidenciales, pegándoles en lo más profundo del orgullo político.
Es así que se inmediato instrumentó una campaña de linchamiento mediático y políticos de sus adversarios políticos, acusándolos en la plaza pública como traidores a la patria y defensores de los enemigos de México, fiel a su estilo de pisotear la Constitución, uso ilegal de recursos públicos, utilización indebida de los medios públicos de comunicación, sometimiento de los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, para imponer una nacionalización del Litio, que nadie le aplaudió y menos le agradecieron, por ser innecesaria como la revocación de mandato, la consulta para enjuiciar a los ex presidentes, y tantas ocurrencias más.
Evidentemente la ciudadanía se cansó del discurso presidencial retórico, de ofender a diestra y siniestra, de gobernar sobre las rodillas a base de ocurrencias y pérdidas millonarias para la nación, pero sobre todo de no reconocer los errores y culpar de ellos a la ONU, a la OEA, a la DEA, al FBI, a la Iglesia, a los intelectuales, a los periodistas, a los medios de comunicación, a los empresarios, a los conservadores, a los ricos, a los opositores políticos, a los europeos, a los norteamericanos. Lo que exigen es resultado en seguridad, salud y empleo.
Se cansó también del discurso hueco de la lucha contra la corrupción, cuando solapa y exculpa a sus familiares, amigos, colaboradores e incondicionales como Manuel Bartlett, Napito, Romero Deschamps, Cuauhtémoc Blanco, Félix Salgado Macedonio, Mario Delgado, Irma Eréndira, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández, y una lista interminable a pesar de las pruebas y evidencias en su contra. Opacidad, derroche e ineficiencia es el sello de la casa.

La ciudadanía no tolera más el discurso cotidiano de negar todo lo que le afecta, difamar a sus críticos sin presentar argumentos válidos, de violar sistemáticamente las leyes, normas y reglamentos para imponer su voluntad, sin importar los daños y pérdidas a la nación. En la mañanera todo está bien, siempre.
Rechazan también que el presidente de México obligue a sus colaboradores a violentar la Constitución para retar a los otros poderes del Estado, a los órganos autónomos que regulan y equilibran al poder, y a la democracia misma para hacerse de todo el poder político y económico para dar permanencia en el gobierno a su movimiento político e ideológico, escudándose en el Ejército.
Las dos derrotas consecutivas de López Obrador empoderaron a la ciudadanía y a la oposición para vencer al autoritarismo, ¿no le parece a usted, estimado lector?