LA PARADOJA DEL GENERAL FELIPE ÁNGELES
De mil novecientos veinte,
señores, tengan presente,
fusilaron en Chihuahua
a un general muy valiente.
Este personaje tan singular y por demás interesante, pero poco conocido de la historia de la Revolución Mexicana, ha sido desempolvado por el Obrarato para colocarlo en la marquesina del recién inaugurado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Ahora que se ha despertado el apetito populista de reescribir la historia del país, el General Felipe Ángeles, ha sido llevado al estrellato, dándole un papel estelar como icono de la magna obra a cuya inauguración asistió el Gobernador Alfredo del Mazo, quien durante su discurso expresó:
El Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, nombrado en honor al General hidalguense, que junto con el Presidente Madero, enfrentó los abusos de la tiranía y murió en defensa de sus ideales, es la obra de infraestructura más importante concluida en nuestro país durante el presente siglo.
Considero importante, acudir a las enseñanzas de nuestra historia, para hacer un repaso de la impronta del General Hidalguense cuya habilidad lo llevó a tener algún tipo de relación con personajes como Don Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, conocido como el apóstol de la democracia, el tirano Victoriano Huerta; el Barón de Cuatro Ciénegas, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Isidro Fabela y hasta del mismísimo Centauro del Norte, el General Francisco Villa.
Respecto a Porfirio Díaz dijo en uno de los artículos que escribió durante su exilio en Nueva York, Díaz, Madero y Carranza: Díaz fue un soldado glorioso: luchó por la independencia y aún más, por la soberanía de su patria. Fue un administrador inteligente, pero aprovechó su prestigio de caudillo y las armas de su ejército para poner su voluntad sobre la del pueblo: no respetó nuestras instituciones democráticas, no obedeció la ley, usurpó funciones, fue dictador.
Este emblemático militar que llegó a ser Director del Heroico Colegio Militar, gracias a Francisco I. Madero, siempre acostumbraba a llevar un libro bajo el brazo y una pistola al cinto. Fue un hombre muy preparado, llego a ser un intelectual castrense muy reconocido, quien tuvo la fortuna de estudiar en París. Hoy lo tacharían de aspiracionista.
Es importante conocer más del legado histórico del General Ángeles, para acaso llegar a concluir, que hubiera levantado las cejas, al percatarse de que su nombre fue usado en una kermés para celebrar la oda al servilismo, como lo fue la supuesta puesta en marcha del aeropuerto.
Las dos vertientes complementarias de la acción política de Ángeles son visibles en su empeño en la restauración de la democracia y en su prédica y su labor de educación y elevación moral del pueblo. Al evocar en la actualidad a este alto mando castrense, quien mantuvo evidentes diferencias de forma y de fondo con Victoriano Huerta y con Venustiano Carranza, ambos símbolos del Hybris y del político ventajoso y oportunista con apetitos dictatoriales, se podría concluir, que el Obrarato estaría traicionando la memoria de Felipe Ángeles, al emular los comportamientos y actitudes que tanto censuró el artillero hidalguense.
El punto de inflexión en su vida, se dió durante los sucesos de la Ciudadela, cuando Victoriano Huerta traicionó a Madero. Entonces el General Ángeles expresó: Vine del pueblo y era yo exclusivamente un soldado. La ignominia de febrero de 1913 me hizo ciudadano y me arrojé a la Revolución en calidad de devoto de nuestras instituciones democráticas.
En seguida les comparto algunos rasgos de la personalidad del General Ángeles, tomados de la casi media docena de libros dedicados a narrar su vida. De todos, el escrito por Odile Guilpain Peuliard, con el prólogo de Adolfo Gilly, titulado: Felipe Ángeles y los destinos de la Revolución Mexicana, me ha parecido el mejor y más completo por su rigor en la investigación.
- Fue el soldado que se convirtió en político sin perder su calidad de militar y llegó a ser considerado uno de los grandes jefes militares de la historia mexicana,
- De acuerdo con su cultura y sus ideales de fines del siglo XIX, Ángeles creía en el progreso y en la ciencia.
- Aborrecía a los dictadores que ponían su voluntad sobre la del pueblo: que no respetaban nuestras instituciones democráticas, que no obedecían la ley y que usurpaban funciones,
- Sus libros inseparables eran: el Quijote, de Cervantes; Los Miserables, de Victor Hugo; la vida de Jesús, de Ernest Renan y; una historia de Napoleón, para sus ideas de militar.
- En el exilio leyó a Marx y se volvió socialista, pero decía que al socialismo sólo se puede llegar por la democracia, sin caudillos ni sistemas burocráticos. El culpable de que la anarquía se perpetúe es el hombre de Estado, quien tiene helado el corazón y no entiende el amor…
- Tenía muy clara su misión: La Revolución se hizo para liberarnos de los amos, para que vuelva el gobierno a manos del mismo pueblo y para que éste elija en cada región a los hombres honrados, justos, sensatos y buenos que conozca personalmente y los obligue a fungir como sirvientes de su voluntad expresada en las leyes, y no como su señor.
- Hasta 1913, fue un soldado disciplinado, con un sentido del honor arraigado en la conducta y no en el poder, en la conciencia moral de su deber y no en el mando; culto —matemático y experto en balística, teórico de la guerra en conferencias y publicaciones, preocupado y atraído por las grandes ideas de su época—; con capacidad didáctica en las aulas; enemigo de la corrupción, tan habitual en quienes manejan aprovisionamientos de un ejército (o en cualquier otro aparato de estructura burocrática); con viajes de formación en el extranjero, y con una concepción profesional e institucional, no política, de la función del ejército como instrumento y respaldo del gobierno civil.
- Desconfiaba de sus amigos políticos que se justificaban con esta frase: porque en política no se debe decir la verdad.
- Le desagradaba sobre manera, que Carranza le exigiera la adhesión incondicional de sus colaboradores y sus tendencias dictatoriales.
- Él pensaba que una empresa nacional no conduce al éxito si no responde a una necesidad nacional, a un anhelo de toda la sociedad.
- Fue contrario a la guerra de odio y de clases y a dividir a los mexicanos.
- El artillero admiraba a Estados Unidos como país civilizado y al presidente Woodrow Wilson, cuyas ideas creía compartir.
- Francisco Villa lo definió como el mejor estratega militar de México.
- Ésa es la paradoja de Felipe Ángeles, el oficial de más alta graduación y mayor capacidad profesional entre los que se sumaron a las filas revolucionarias, el vencedor, en el campo de batalla, del Ejército Federal y a la vez su producto más honesto y depurado.
He querido compartirles fragmentos de su ideario político y sus estrategias para encauzar al México post revolucionario:
- Que durante la lucha vayamos protegiendo el nombramiento de autoridades locales provisionales designadas por el voto público, siguiendo lo más cerca posible el espíritu de las leyes, y que nos esforcemos por que toda persona sea respetada en sus intereses legítimos hasta donde lo permitan las necesidades de la guerra entre civilizados. Que a medida que vayan pacificándose los estados, sus gobernadores convoquen a elecciones de autoridades locales definitivas. Que cuando hayamos triunfado, el jefe militar de facción, que por designación de los comandantes de las otras facciones revolucionarias sea nombrado jefe supremo para acaudillar la Revolución, convoque a elecciones de autoridades federales. Que velemos por que en las elecciones se respete el sufragio de todos los ciudadanos, cualquiera sea el partido a que pertenezcan. Que para realizar uno de los ideales a que aspiramos, la extinción del caudillismo, quede necesariamente excluida de dichas elecciones la candidatura del caudillo.
- Que el Congreso de la Unión, en el libre ejercicio de sus facultades, rechace o legitime la obra legislativa y administrativa de pasadas asambleas y gobiernos revolucionarios.
- Lo que uno debe hacer es mirar lejos, es ver a la nación, auscultarla, tratar de adivinar sus verdaderas necesidades, hacer a un lado odios entre hermanos, hacer a un lado pasiones y transformarse en mexicanos verdaderos. Desde hace algún tiempo ésa es mi actitud, actitud de idealista y de loco, si se quiere, pero firme. Yo no digo que tendré éxito, tal vez fracase, pero moriré en la raya, enamorado de un ideal: el democrático, y de un amor: el de todos los mexicanos.
Hacemos votos para que esta obra pública de comunicaciones aéreas, calificada por algunos como la más importante del siglo, sirva a los mexicanos en la medida de las expectativas que ha despertado y que su nombre Felipe Ángeles, sea un faro que inspire, guía y mapa de ruta de sus ideales democráticos para que los mexicanos del siglo XXI no se aparten de él. Concluyo con una frase del homenajeado:
Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida. La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas, escribía el General Felipe Ángeles en noviembre de 1919.
Ya con esta me despido
por las hojas de un nogal
fusilaron en Chihuahua
a un valiente General