SOLTEROS NO SOLOS

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Reciba un saludo, querido y aguzado lector. Finalmente terminó la época de campañas políticas. Hemos elegido a quien creemos harán un buen trabajo, por el bien de nuestro país, que así sea.

En los últimos días se ha hecho viral una tendencia en redes sociales, en las que se ve  a mujeres de diferentes edades mostrándose en una cita romántica y se ve que alguien les da de comer, se aprecia una mano que les acerca la cuchara a la boca, que le toca la mejilla e incluso en otros vídeos se les ve fotografiadas con una silueta de hombre sin mostrar el rostro, muy felices posan estas señoritas, en su mayoría.

Pero, lo que está detrás de estos trends, como les llaman, es que esa mano que se ve acercándoles la comida se trata de la mano de una amiga o incluso de un mesero como en un vídeo que encontré en Instagram.

Y lo que respecta al tema de la fotografía al lado de un hombre, es en muchas ocasiones un maniquí, de alguna tienda o como veía también, el pedirle a un desconocido que pose o preste su mano para una foto sin mostrar su rostro.

Qué tal, en otro momento esto hubiera servido para callar a tanta gente que atosigaba a las personas solteras. Uno creería que esta presión social de tener una pareja es de generaciones atrás, pero por lo visto aún ocurre.

También aparecen vídeos, reels, en los que se muestra a una pareja listos para salir a divertirse en su auto y de pronto voltean a los asientos traseros e increpan a quien se muestra ahí diciéndole: ¿Otra vez vas a salir con nosotros? Y el personaje contesta: Pues sí, no tengo novio(a).

Qué caray. Y también andan circulando los cortos de lo que parece un programa, en el que el host va a bailes de diferentes lugares del país y el extranjero, bailes de música regional mexicana en los que va con hombres o mujeres aparentemente solos y les pregunta por qué no bailan y si hay alguien con quien les gustaría bailar, y la hace de celestino, para que se haga la pareja de baile, unas funciona, otras no pero bueno, de eso trata.

Y lo curioso de estos vídeos es que en su mayoría son las mujeres las que quieren aparentar o se ven como chaperonas. Remarcando así las convenciones sociales de que una mujer no puede o no debe estar sola.

Como seres sociales, inmersos en un sistema social, difícilmente estamos completamente solos o aislados y eso nos lo vino a demostrar las redes sociales, que se volvieron la realidad alterna.

Cuántos no hallaron compañía en alguna de las plataformas, cuántos debieron cerrarlas porque algún extraño los comenzó a stalkear, acosar sin siquiera haberle visto en persona.

Probablemente en casa no haya con quien compartir, conversar, pero a través de la pantalla, pueden llegar a ser miles de usuarios en iguales condiciones. O incluso hay quienes prefieren vivir de lo virtual que de lo real, cada vez van dejando de lado el contacto físico y prefieren las videollamadas, los chats, los likes, los comentarios.

Ay querido lector, en qué momento nos dejamos ceñir a estas usanzas, ya no se diga de aquellos que tienen aversión a una llamada de voz, ya entre menos contacto, mejor, ¿será?

Espero que seamos las últimas generaciones a las que todavía se les cuestione la soltería en cualquiera de sus modalidades, pues me queda claro que mientras siga habiendo milenials, boomers y de la generación X, seguiremos con estas interrogantes.

Interrogantes que se siguen perpetrando y heredando en ciertos círculos y lugares donde las tradiciones siguen modelando la forma de vivir.

Por ejemplo, he sabido que en lugares del país vecino del norte, donde hay muchos compatriotas, existen comunidades donde se congrega gente de las serranías mexicanas, de provincia y quieren seguir repitiendo usanzas; como que se deben casar jóvenes y que de cierta edad son criticadas las personas por permanecer en soltería, y uno diría, cómo es eso posible en un país que se dice primer mundista.

¿Es que, al parecer los avances en la forma de relacionarnos, de convivencia, parece no llegar a ciertos estratos de la sociedad, o no todos los aceptan por igual? 

Hay países donde la soltería es más aceptada, pero los gobiernos quieren revertir la práctica por cuestiones económicas y entonces comienzan a invitar a  la gente a casarse, tener hijos, porque la economía se ve comprometida sin estratos de la sociedad que renueven a los futuros viejos. 

¿Pero cómo va a ser esto posible en un mundo que lejos de fomentar el amor, las relaciones sanas, alienta el hedonismo y el materialismo? Pues así cómo.
Igualmente cuando algunos feminismos se desbordan y quieren señalar e imponer la figura masculina como enemigo y viene la división aún más marcada y la confusión al punto de que muchos hombres sienten perdido su rol en la sociedad.

Y de ahí también el choque de quiénes eran y cuál rol desempeñaban los hombres y con los que ahora se les sugiere, que ya pueden tener cierta igualdad con el rol femenino, al poder exigir ciertos beneficios que eran solo de mujeres y lo mismo para las mujeres, han tenido o han podido desarrollar actitudes que eran de los hombres. 

Entonces estas ideas de que las parejas se dan porque se complementan a partir del amor, que se pueden entender desde los mismos intereses, dónde queda.

Perdido todo en el inmenso umbral de las nuevas imposiciones de estilos de vida que ya habíamos mencionado aquí, por la guerra de sexos que han desatado en cuanto a que las mujeres deben volver a su lugar como receptoras y los hombre como proveedores, contra la idea de que los hombres deben defenderse de esto, ser ellos, imponer su libertad y exigir compartir. Y qué ha traído esto, menos relaciones sanas y muchas relaciones tóxicas, violentas e incluso mortales tanto para ellas como para ellos.

Pues queda aquí la provocación, será que las mujeres aún quieren una pareja para un matrimonio, perpetuar la especie por amor y no por imposición o será que ya no quieren porque como sociedad hemos convertido al matrimonio y el compromiso una prisión para hombres o mujeres, al punto que ni uno ni otro lo quieren. 

¿O ahora se trata de solo aparentar y complacer  a las redes sociales?

Además, decía Sócrates Hasta que no te sientas cómodo estando solo, nunca sabrás si estás eligiendo a alguien por amor o por soledad.

A lo mejor esta sensación de soledad impuestas por las redes sociales nos están llevando a estas prácticas casi sin sentido, por qué querer aparentar estar con alguien cuando no se está, cerrando la oportunidad a alguien que verdaderamente quisiera estar.

¿Contradictorio, no cree? Pero bueno, las vistas y likes a lo mejor son más importantes que verdaderamente tener una vida real.

Ay querido lector qué será de nosotros, en fin queda la provocación, aguzado lector, me despido con una frase del excelso Rumi:

Nunca te sientas solo, el universo está dentro de ti