Todo es perfecto en el pabellón 4
Vivaldi me despierta
Tarareándome al oído,
Y las sábanas de seda se caen para que despierte
Con los ojos chinos sonriendo
A ese sol
Que deja ver Luis XVI.
Marilyn besa mi frente
Y el desayuno me lo trae Tornatore
Junto a su último guión pidiéndome opinión,
Mientras Mastroianni tímido y poderoso
Recita los Heraldos Negros
Con los dedos en la manzana de Adán
Para contener el llanto.
Y me baño en los baños turcos de Turquía.
Mi asistente de cámara me viste
Rápido porque estoy apurado,
Hoy firmo la paz en el Missouri,
Y de ahí vuelo a París con Exupéry
Para que me dé las semillas de un baobab
E Ilumine mi jardín donde tengo
Los girasoles de Van Gogh y la eterna higuera de Pizarro
Luego en la cena,
Me espera en Santiago
Salvador, todavía sin presidencia ni suicidio
Y en la madrugada
Serrat y Yupanqui
Me esperan ebrios
Con los siete pecados espirituales para celebrar,
Y esta dicha
Que a punto de reventar
En fuegos artificiales
No quiere que vuelva a dormir
A lo mejor no despierto en este paraíso
Donde a mis 55 años
Todavía falta disfrutar
El doble
El triple
El quíntuple,
Porque por ejemplo
Todavía me falta conocerte
Y ojalá Vivaldi siga vivo
Para que éste sea un día más en el que me vuelva
A visitar,
Con su primavera
Al violín
Con la ayuda de mi espíritu
O arco,
Que es lo mismo,
Y con sordina,
Para que no despierte a nadie
Porque el Big Bang, al menos yo, lo sigo escuchando.