TOLUCA HA PERDIDO SU CAPACIDAD DE RESILIENCIA

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LO QUE VÍ: Comprendo que nuestra Toluca ya no sea la misma que en los setentas, hace medio siglo. Pero eso de que ya cerró sus puertas el Café Impala, crisol de políticos, profesionistas, estudiantes, bohemios, filósofos, periodistas, constructores, músicos, artistas plásticos, se me hace difícil digerirlo. Confío en que Zahide Salgado, siempre tan entusiasta, esté buscando alternativas para rescatar y mantener ese símbolo de tradición toluqueña. Conozco a gente que iba a diario a desayunar ahí, empresarios exitosos que ojalá se animaran a financiar las nuevas instalaciones del famoso Café Impala.

 

Era un verdadero placer caminar por Los Portales de Toluca con dirección al Café Impala para deleitarnos con una sabrosa taza de café acompañada de su correspondiente torta de milanesa. Ahí muy cerca estaba el negocio de venta de ropa La Moda, de  Don Alfonso Faure, todo un personaje de nuestra sociedad. Todavía funcionaban negocios como La Perfumería Corona, de la familia Corona; la ferretería de la Ciudad de México y quien no recuerda en los altos del Impala si la memoria no me falla, el famoso café cantante El Zodiac, con su grupo musical 2+3 del “Gusano”. Pero ojo, no confundir con el otro famoso Gus, basquetbolista y famoso tenista del Club Toluca.

Todos ciudadanos de aquella tranquila y nada contaminada ciudad capital del Estado de México, que disfrutamos meciéndonos alegremente entre la nostalgia y la modernidad, aquella añorada Toluca y por supuesto, siempre fieles a nuestros queridos Diablos Rojos, que el sábado pasado le ganaron tres a uno al América.

LO QUE LEÍ: El Twitter de Martha Hilda González Calderón: “Fue un placer reunirme con el Presidente Municipal electo @raymundomc y Exalcaldes de Toluca, con quienes intercambiamos ideas sobre como impulsar proyectos que coadyuven a mejorar las condiciones de vida de los habitantes.”

LO QUE OÍ: Una pregunta que he escuchado con cierta frecuencia es ésta: ¿Cómo pasamos de ser Toluca la Bella a ToluCaos? Y es que sólo basta transitar por sus calles y avenidas para tener la sensación de estar en algún sector marginado de la zona conurbada del Valle de México; la cantidad, profundidad de los baches, frecuencia y el estado que guarda la carpeta asfáltica, no corresponde a la de una capital del Estado más poblado del país y uno de los tres con mayor potencial económico casi comparable con Chile.

La contaminación está fuera de control, al igual que el crecimiento desordenado y comportamiento desenfrenado del transporte público; ni que decir de la inseguridad. La gente vive en permanente estrés y zozobra. Nuestra ciudad era reconocida por su tranquilidad característica de la provincia mexicana y por su ambiente familiar que desafortunadamente se ha perdido.

Con las redes sociales, que se entera uno de todo, me ha llamado la atención escuchar comentarios en el sentido de que Toluca es una de las ciudades más feas del país, cuando en el siglo XIX se le apodaba “La Pequeña Francia” y a principios del siglo pasado “Toluca la Bella”. Actualmente, es una ciudad disonante, Toluca ha perdido su capacidad de resiliencia.

 

Acudamos a la Real Academia Española, para que nos ilustre sobre este concepto que se ha puesto de moda en la última década: La resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Si aplicamos este concepto a cualquier asentamiento humano podemos intuir los beneficios que puede representar para cualquier ciudad y sus habitantes. El programa de ciudades resilientes de UN-Habitat (CRPP por sus siglas en inglés) define las ciudades resilientes como aquellas que tienen la capacidad de recuperarse rápido de los impactos que sufre el sistema. Esta definición se basa en la concepción de la urbe como un sistema de sistemas, un ente complejo que, a similitud del cuerpo humano, requiere el buen funcionamiento de los distintos órganos para gozar de buena salud.

Mejorar la condición de vida de los habitantes, pasa necesariamente por trazar un mapa de ruta con la estrategia para hacer de Toluca una ciudad resiliente, es decir, capaz de sobreponerse a crisis físicas, sociales y económicas y aprender de ellas para evitarlas en el futuro.

De acuerdo al Censo de 2020, la zona metropolitana de Toluca, ocupa el quinto lugar dentro de las más pobladas del país con 2.4 millones, sólo superada por la zona Puebla- Tlaxcala con 3.2 millones; Guadalajara 5.3 millones; Monterrey 5.3 millones y el Valle de México con 21.8 millones. Para dentro de 30 años, 2051, el 66% de la población mundial vivirá en áreas metropolitanas. La ONU reveló  que la población urbana mundial crecerá un 75% en las próximas cuatro décadas. Es por eso, que científicos sociales consideran como uno de los grandes retos que enfrentamos en este siglo, es el de la movilidad social, y para ello, resulta imperativo  repensar las ciudades en un ejercicio transversal, integrador y estratégico que permita reinventar el funcionamiento de los servicios urbanos, la gestión del espacio público, la seguridad y la movilidad de cientos de miles de personas.

Para ser más resilientes y adaptarse al cambio climático y a las nuevas dinámicas sociales, necesitarán sincronizar a numerosos actores públicos y privados para convertirse en proveedores eficientes para sus clientes: la ciudadanía. Confiamos en que las próximas autoridades municipales, superen nuestras expectativas.