Tres poemas…

Views: 295

Estatua de sal

Dejaste que se abrieran las ventanas, 

y los labios del viento 

encabritaron tus pezones.

Rubor.

Locura

La seda 

resguardando tu piel 

fue un sueño, 

te cubrí con mis ojos;

me encadene a tu barbilla,

sentí la brisa enroscándome en tu cintura,

pegándome a tus murales, 

y así,

bebí tu voz

cuando pronunciaste mi nombre; 

pero 

convertido 

en estatua de sal, 

me conformé 

con ambicionar tus aromas.

Deja los escaparates abiertos,

el viento aún brama con deseos de amamantarse.

Solo, desesperado

Me gustaría abofetearte la gloria; 

dibujarte torrentes de mordiscos

vagando por tu piel; 

aprisionar tus tobillos

  con cadenas

de inhalaciones de humo esmeralda.

Así,

te ofrendare un rinconcito

en las pesadillas más grandes, 

las que han hecho morada

 en mi almohada,

 y no me sueltan, 

no me sueltan.

Cuando sólo he levantado

un manojo de treinta y siete horas

sin verte…

Últimos instantes

No todo es felicidad.

Observo galopar al espejo y la nostalgia me enjaula,

hasta cuándo

podré sobrevolar a su ritmo.

No todo es felicidad

Hay que borrar los últimos instantes,

las últimas gotas;

mis agónicos gritos antes de caer.

Duele cuando veo que el brillo de mis ojos,

     no es tan avispado

como el que te envuelve.