+Un recorrido por Toluca de los años 50, panaderías, restaurantes, las carreras en Circuito Colón, los cines, Don Luis Gutiérrez Dosal y el Deportivo Toluca
La frase:
Todo tiempo pasado fue mejor, como vista bien aunque deba lo que viste.
VERDAD DE A KILO
AQUELLA TOLUCA DE LOS AÑOS CINCUENTA
Dicen que recordar es vivir y es cierto, si usted tiene cierta edad, seguramente se va a acordar de la Toluca que se nos fue, que no volverá. Esta Toluca de los años cincuenta, que plasmé en mi libro Toluca 200, historias de familia que publiqué en el año 2013 y que sin ser tesis como la de Yasmín Esquivel Mossa, ha sido plagiado por algunos sedicentes periodistas impunemente.
Que disfrute usted el siguiente texto:
UN PARTEAGUAS EN EL FUTURO DE LA SOCIEDAD
La década de 1950, marcó un parteaguas en el futuro de esta ciudad, la capital del Estado de México, el más poblado del país. Desde entonces, ya se le conocía como Toluca La Bella y tenía una población de aproximadamente 115,000 habitantes.
Durante esta década fueron presidentes municipales: Carlos Hank González, de 1955 a 1957 y Felipe Chávez Becerril de 1957 a 1959. Como gobernadores del Estado, tuvo a Alfredo del Mazo Vélez, de 1946 a 1951; Salvador Sánchez Colín, de 1951 a 1957 y Gustavo Baz Prada de 1957 a 1963. El rector de la Universidad era el licenciado Juan Josafat Pichardo.
Fue entonces cuando se empezó a moldear y definir el nuevo rostro de Toluca La Bella; desde su corazón, es decir, a partir de su bello centro histórico enmarcado por los tradicionales portales; como la ciudad ideal para vivir y convivir en familia, la de una rica gastronomía cuyo menú lo encabezaba el chorizo, las tortas, los embutidos, las manitas de cerdo, el pan artesanal y por supuesto de postre los famosos dulces cubiertos. Pero también surgió el buque insignia y crisol de los toluqueños…En octubre de 1951, se inauguró el campo de fútbol del Deportivo Toluca. En esta inauguración estuvo presente Abel Moreno Terrazas, entonces director local de El Sol de Toluca.
Y antes de lo esperado, los aficionados al futbol vieron coronados sus esfuerzos al llevar al equipo rojo, de sus amores, precisamente en la temporada del año 1953, a la primera división. Armando Becerril, Carlos Blanco, Silverio Pérez, José Toluco López y José Mendoza, eran figuras destacadas del Toluca en ese tiempo. Por cierto, su presidente Don Luis Gutiérrez Dosal, también era socio mayoritario de otro ícono de la sociedad toluqueña de aquel tiempo, el Banco Agrícola y Ganadero de Toluca e invitaba a sus empleados a asistir a los partidos del Toluca fuera de la ciudad.
Si bien había otros Bancos en la ciudad como el Banco Industrial del Estado de México, el Banco de Comercio de Michoacán y el ya reconocido Banco Nacional de México, el Banco Agrícola y Ganadero de Toluca, estaba presente en la sala de la casa de las familias toluqueñas, era un orgullo trabajar, tener sus ahorros, o tramitar un crédito para financiar a los famosos agricultores y ganaderos de entonces, entre los que se encontraban: Don Santos López, Don Felipe Chávez Becerril, Don Silvestre Díaz López, los Gaxiola, los Pliego, los Barbabosa y muchos personajes más de aquella incipiente gran ciudad.
Dicho Banco también era famoso, porque ahí entraban a trabajar las hijas de familia muy agraciadas por cierto, en tanto eran pedidas en matrimonio. También se organizaban posadas, competencias atléticas como la carrera interbancaria anual de ciclistas. Banqueros como Don Carlos Scougall, Don Jorge Ceballos y por supuesto Don Germán Roth, hacían latir a la gran ciudad bombeando recursos frescos a la economía de Toluca La Bella.
Mención especial merece un gran personaje de aquellos tiempos, quien se destacó no sólo como empresario, ganadero, agricultor, sino también como un gran emprendedor cuyas acciones que encabezó, beneficiaron a todos los habitantes asentados a lo largo y a lo ancho de la ciudad, me refiero precisamente a Don Luis Gutiérrez Dosal, filántropo, emprendedor, hombre de bien, que llegó desde España a sumarse al gran equipo de personajes que transformaron la ciudad, se recuerdan diversas de sus acciones de todos tamaños. Como ya se mencionó, apoyó al Deportivo Toluca, contribuyó e impulsó la construcción de su estadio conocido como la famosísima Bombonera, fortaleció los clubes sociales y de asistencia a los menos favorecidos, realizó diversos donativos, entre ellos una bomba contra incendios en marzo de 1958, como ayuda al Patronato Pro-Bomberos de Toluca.
Don Luis Gutiérrez Dosal, un ser humano ejemplar, formó parte de ese grupo de personajes de la década que revitalizaron y cohesionaron a la sociedad toluqueña.
Ocurrieron diversos acontecimientos de gran relevancia en esta década. En 1956, los habitantes toluqueños se conmocionaron con la muerte del poeta Horacio Zúñiga, quien sólo vivió 56 años. Dejó un legado importante en la literatura con obras como Mirras, El minuto azul, Torre negra, Realidad y El hombre absurdo. Don Enrique Carniado también era un escritor toluqueño conocido por su Canto a Toluca y fallecido en 1957. A él le fue organizado un café homenaje en el restaurante San Carlos de Toluca donde se les dio lectura a algunas de sus obras. De hecho, el maestro Heriberto Enríquez le develó una placa alusiva en la Universidad del Estado de México.
LÓPEZ MATEOS CANDIDATO PRESIDENCIAL
El 15 de junio de 1958, Adolfo López Mateos, un mexiquense postulado como candidato para presidente de México, visitó la ciudad de Toluca y fue ovacionado por 120,000 personas, tanto mexiquenses como de otras regiones de la República. Fue recibido con mucho entusiasmo, hicieron diversos eventos en su honor, incluyendo un festival de despedida en el Auditorio Justo Sierra. Es importante agregar que López Mateos vivió en Toluca varios años, donde estudió la secundaria y preparatoria en el Instituto Científico y Literario y también impartió clases en la Escuela Normal de Profesores de Toluca. Fue director del ICLA.
En cuanto al famoso volcán Xinantécatl o Nevado de Toluca, resultaba curioso que desde entonces ya se proponía hacer una escuela de esquí y patinaje en las faldas y la cual hasta la fecha , no se ha podido hacer realidad. También desde entonces ya se escuchaba en las pláticas de café aquel dicho muy toluqueño: Al Nevado de Toluca sólo lo voltean a ver cuando tiene nieve a propósito de aquellos que sólo cuando se les ofrece algo buscan a uno.
Durante los años 50, en la ciudad de Toluca se aspiraba mucha tranquilidad. Se percibía un ambiente respetuoso y resaltaba mucho el temor y la sumisión hacia los padres (a quienes se les hablaba de usted) y hacia Dios. Los padres solían decirles a los hijos palabras como no hagas esto, porque Dios te va a castigar y cosas por el estilo. A las damas, en su mayoría, sólo les permitían salir con el novio si asistía algún otro acompañante un chaperón ya sea el hermano, hermana, primo, prima, etc. Los toluqueños acostumbraban ir a portalear (dar una vuelta a los portales) y para amenizar esos paseos, todos los jueves por la noche y los domingos en la mañana en la Concha acústica tocaba la Banda Sinfónica del Estado de México a cargo del Maestro y Compositor Manuel Esquivel, famoso porque compuso el himno al Estado de México y diversas canciones románticas.
Las hijas de familia tenían prohibido subirse al coche del amigo o novio, so pena de cargarles una serie de rumores sobre su honorabilidad. Era un sacrilegio recorrer la ciudad sólo con su pareja en coche y más en lugares apartados como el Paseo Colón, Guelatao, que así se conocía la salida a Zitácuaro en donde por cierto se ubicaba el monumento a los Niños Héroes, mejor conocido como la cama de piedra.
Por otro lado, las señoritas se preparaban para convertirse en unas buenas amas de casa y aprendían sobre cocina, costura, bordado, repostería, bisutería, primeros auxilios, entre otras actividades. También solían asistir en temporada de cuaresma a los Ejercicios Espirituales, impartidos en la Catedral de Toluca. Llama la atención que tenían programada una semana exclusiva de ejercicios para que las sirvientas asistieran, la siguiente semana era exclusivamente para señoras y señoritas y la semana consecuente era exclusiva para estudiantes.
En los periódicos, las mujeres toluqueñas acostumbraban leer la sección Hágalo Usted Misma para aprender a hacer sus propias prendas de vestir. Las incitaban a cuidar su ropa con el popular jabón Ibis y a usar Manteca Charra que no brincaba al cocinar. También la estación de radio XECH, las invitaba a escuchar El Club Amas de Casa.
Como entretenimiento para la sociedad toluqueña, se organizaban diversos bailes como El blanco y negro y posadas como la más famosa que organizaban los Díaz y que se realizaba en el Rancho Tlacopa propiedad de Don Silvestre Díaz.
El Club de Leones o escuelas como la Elena Cárdenas llevaban a cabo los domingos los llamados tés danzantes, los cuales solían comenzar a las cinco o seis de la tarde (la hora del té) y los asistentes se divertían sanamente bailando y conviviendo. Eran amenizados por orquestas locales, ya sea del compositor toluqueño Cuauhtémoc Ávila o del mismo casino del Club de Leones.
El Club de Leones también organizó varios bailes de gala y en uno asistieron Agustín Lara, Hugo Avendaño y Amparo Montes. Además, este club era reconocido por sus obras caritativas por parte del comité de Damas, quienes donaban ropa y víveres a albergues toluqueños como el Perpetuo Socorro.
De la misma manera, en el Centro Charro, el centro social de mayor alcurnia de la época en donde casaban las familias de sociedad se realizaba el reconocido Baile del rebozo donde las señoritas toluqueñas lucían estas hermosas prendas de colores vivos. La orquesta era de primera y el ambiente del baile era de lo mejor de la ciudad. Se cobraba veinticinco pesos la entrada y se organizaba en beneficio de los niños pobres.
Se llevaba a cabo también un baile de fin de año en el Casino Cigarrero de la Tabacalera Mexicana, al que asistían empleados de hoteles y restaurantes. También los comercios y plantas organizaban fiestas, como la planta Pepsi-Cola de Embotelladora Moderna, S.A, quien invitó a los cómicos Xavier López Chabelo y Anabel Gutiérrez, quien se hizo famosa al lado de Pedro Infante para amenizar la fiesta de inauguración de la planta.
El Patronato de la Cruz Roja, también organizaba bailes y conciertos, era entonces el apogeo de las grandes bandas, que al igual que en los Estados Unidos, marcaban la pauta en los ambientes sociales de todos los estratos.
Por otro lado, era un deleite para las parejas endulzar sus tardes en El Globo, un café sobre la Avenida Hidalgo donde podían tomar nieves de flor de nata, fresa, pistache, nuez con Coca Cola, entre otras. De igual manera, disfrutaban de saborear las reinas, unos pasteles famosos de crema chantilly con fresa y de ricas malteadas propias del lugar. Estaba ubicado en la parte alta del cine Coliseo y un tiempo fue propiedad de Don Silvestre Díaz López.
LOS RESTAURANTES DE ÉPOCA
También los jóvenes gustaban de ir a L’Ambiant, una fuente de sodas y restaurante donde gozaban de una rica comida, pero también de una buena limonada o un chocolate espumoso. Había para todos los gustos y para cualquier ocasión. El Globo y L’Ambiant eran los cafés más famosos de esa década.
De igual forma, era tradición ir al café de Carmelita Liho, el famoso Son Jei sobre la calle de Hidalgo y al de José Liho Café Liho sobre la calle de Allende, se les llamaba café chinos y eran característicos por sus panqués chinos y sus bísquets.
Después de la jornada laboral, los caballeros acostumbraban ir a tomar una cervecita y comer botanas y caldos de camarón en el Bar Mónaco, La Ópera, El Gato Negro, Las Jaulitas y La Coronita. También iban a cantinas como La Bohemia, El número 13, El Chapeado y La Flor de Tenancingo. Afuera de esta última, ubicada en los portales, se suscitaban riñas constantes e incluso balaceras entre borrachos. Formaba parte del Mercado Hidalgo.
Del mismo modo, solían reunirse a tomar café árabe y jugar dominó en el restaurante El Conde inaugurado en 1959 por Camilo Dumit en el Pasaje Curi, en donde además se reunían los famosos tríos musicales para llevar serenata, como el del Ronco, el del Güero y muchos más.
En cuanto a restaurantes, Pescadería Bermúdez era una excelente opción para comer mariscos en esta ciudad. Las empanadas y cocteles eran su especialidad. Se encontraba ubicado frente al edificio de Salubridad en la esquina de Independencia e Isabel A. Católica.
Los jóvenes de la época gustaban de practicar, además del futbol, basquetbol, beisbol y el box; el deporte nacional La Charrería, también el automovilismo, era famoso en todo el país el Circuito Colón, carrera que organizaba Pepe Acra y otro juniors de la sociedad en donde llegaron a participar los famosos Hermanos Rodríguez, Pedro y Ricardo y los Hermanos Solana, Moisés y Hernán, Fred Van Beuren y Carlos Chacho Mariscal.
Participaron Osvaldo y Pedro Armando Gómez, Guillermo Villa, Camilo Orozco, Eduardo Zenil, Eduardo Charal Díaz Leal, Andrés Cadena, Sergio Olguín del Mazo, Paco Negrete, Pepe Acra, Sixto Franco y muchos más.
En una página del periódico del arquitecto Antonio Cervantes aparecen todos los aficionados al automovilismo.
Un evento deportivo que trascendió fronteras mexicanas fue la mítica Carrera Panamericana que de frontera a frontera atravesaba nuestro país a lo largo de 3,000 kms. En un tiempo de 22 hrs. que en una parte de su recorrido pasaba por la ciudad de Toluca, despertando una gran expectación. Esta carrera tan importante como la Mille Miglia en Italia o el Rally de Montecarlo en Mónaco, se celebró de 1950 a 1954.
Pilotos mundialmente famosos como: El célebre argentino Juan Manuel Fangio, Alberto Ascari, Piero Taruffi, Felice Bonetto, el Che Estrada Menocal, José Antonio Solana, papá de los Solana y Alberto Rojas, papá de los Rojas también corredores de autos y mujeres como Jaqueline Evans, Andrea González y Lucila Acevedo a bordo de sus Alfa Romeo, Lancia, Ferrari, Porsche, Cadillac, Oldsmobile, Packard, Mercury, Ford, Hudson, superaban los 160 kms por hora como promedio de velocidad.
Ir al cine era un pasatiempo común entre la sociedad toluqueña. Los cines Florida y Justo Sierra, ubicados sobre Avenida Juárez y operados por Cinematográfica Toluca, S.A, fueron innovadores y tuvieron mucho éxito en esa época. En 1955, inauguraron en el cine Florida, la gigantesca pantalla Espejo Milagroso, la más grande de Toluca donde se estrenaron en technicolor películas de Walt Disney como Rob Roy el gran rebelde y Blanca Nieves y los siete enanos. Estos cines eran propiedad de Joaquín Iracheta.
También se encontraban los cines Coliseo y Rex pertenecientes a la empresa Operadora de Teatros, S.A, organizaban una imponente caravana de estrellas de cine, teatro, radio y televisión de la época, como María Victoria, Ángel Infante (hermano de Pedro Infante), Fernando Soto Mantequilla y Virginia López. También se presentaban obras de teatro como Gigí traídas de la capital de la República, con actuaciones de actrices reconocidas como Maricruz Olivier y Alicia Montoya. El cine Rex tenía pantalla de plata y organizaba el Festival del Recuerdo con películas en inglés.
En todos los cines podían disfrutarse tanto películas en inglés como en español. Se estrenaron películas como El príncipe estudiante y El gran caruso con Ann Blyth, La novia que dejó con Natalie Wood, Marabunta y Orgullo contra orgullo con Charlton Heston, Mares de China y Motín a bordo con Clark Gable, por mencionar algunas. En español, se estrenaron películas como Cuidado con el amor y Escuela de Vagabundos con Pedro Infante; Cuando me vaya y Acuérdate de vivir con Libertad Lamarque; Hombre inquieto con Joaquín Pardavé; La Diana Cazadora y Pobres millonarios con Ana Luisa Peluffo, entre muchas otras. También se estrenó en el cine, El viaje de la reina Isabel II de Inglaterra, un recorrido que realizó por sitios exóticos por un periodo de seis meses. Cabe mencionar que no pasaban las mismas películas simultáneamente, por lo que los toluqueños tenían la oportunidad de ver películas distintas en cada uno de los cines.
Durante la Semana Santa solían pasar películas relacionadas con la cuaresma, como Dios con nosotros, Los olvidados de Dios y Jesús de Nazareth.
Si de compras se trataba, los caballeros toluqueños acudían a las camiserías: Cadillac ubicada sobre la calle de Constitución y las camiserías Cid y Novelty localizadas en el Portal Madero. Las tres son parte de la cadena de tiendas del Bien Vestir junto con la zapatería Jarman y los trajes Modelslac pertenecientes a los hermanos Alfredo, Margarito y Joel Vázquez. Ellos tenían como lema Vista como debe, aunque deba lo que viste.
También les gustaba comprar en Tejidos Nacionales, ubicada sobre avenida Independencia, los pantalones Gacela y las camisas Medalla.
Para las damas toluqueñas, se encontraban la corsetería Beatriz localizada en Morelos y Novedades Enny en Portal Reforma para estar a la última moda y sin necesidad de viajar a la Capital de la República. Para conseguir hilazas de lana y media lana, la opción era dirigirse a La Providencia ubicada sobre Independencia. En Almacenes Faure, Puerto de Veracruz y La Moda se podía encontrar gran surtido de las mejores prendas a las damas de la sociedad toluqueña.
Para adquirir zapatos, la zapatería Crucero en Portal Reforma, Nancy’s en Pasaje Hotel Rex y Zapatería Donkey especialmente para niños, localizada en Independencia Oriente. La Zapatería México de Don Ramiro Márquez era también una buena opción para comprar calzado.
Para un gran peinado y un corte de pelo a la italiana, a la Givenchy y a la francesa se encontraba el Salón Galicia en el número 19 de la Avenida Independencia, de ahí surgieron los famosos hermanos Palma, entre ellos Pancho.
Para obtener medicamentos, eran famosas la Farmacia Hidalgo sobre la calle de Morelos, la Nueva Farmacia Central en el Portal Madero, así como la Farmacia Arratia hoy Farmacia Toluca.
AQUELLAS PANADERÍAS
Para comprar un delicioso pan, era obligatorio ir a la Panadería Libertad de Lázaro Vendrell y probar las conchas. También eran buenas opciones la Panificadora Mexicana, La Azteca, La Reina del Pan ubicada en Arteaga y la Panadería Millán en el Portal 20 de noviembre junto a los turismos, aquellos autobuses de pasajeros que hacían el viaje redondo México-Toluca. Todavía los toluqueños pueden disfrutar de deliciosos condes y barquillos que ofrece la Panadería Millán.
Para hacer el mandado, los toluqueños iban al mercado 16 de Septiembre y a tiendas de abarrotes como la de Chon Salgado, de Fernando López, de los Hermanos Enríquez.
Los Colegios de moda eran el Montessori, la Elena Cárdenas y la Normal para señoritas y para los varones la escuela fundada por el maestro Rodolfo Soto Cordero o la escuela Antonio Claret.
Otros colegios de esa época eran Tierra y Libertad que después se convirtió en la Lázaro Cárdenas; la Sor Juana Inés de la Cruz, el Colegio Einstein y la Escuela Comercial, por mencionar algunas.
Para conseguir sus útiles escolares, acudían a la papelería El estudiante ubicada en Juárez y a las reconocidas papelerías ABC de Hugo Ávila Aranda en la esquina de Hidalgo y Juárez.
Si los toluqueños deseaban comprar muebles, las mejores opciones era la Mueblería Imperial y a Enrique V. Enriquez ubicada sobre la calle de Morelos, donde vendían muebles y enseres para el hogar y la oficina. La Sumadora Víctor era uno de los productos de moda que podía encontrarse en Enrique V. Enriquez.
Se podían conseguir cajas fuertes Mosler, rasuradoras Philips, juguetes, bolsitas de dulces y mucho más en Cimmsa, propiedad de Don Juan Beltrán.
En Perfumería Corona, ubicada en Portal Madero y propiedad de la familia Corona, era posible encontrar no sólo finos perfumes, sino también cámaras y televisores marca Packard Bell. Además brindaba sin costo alguno, demostraciones sobre productos de belleza.
Para relojes finos, en Relojerías Cantú vendían las mejores marcas de relojes y daban crédito a sus clientes hasta de un año para pagarlos. También Artículos Importados de Don Raúl Naveda.
Las damas toluqueñas podían conseguir sus máquinas de coser, ya sea Omega en Pasaje Naveda ubicado en Portal 20 de Noviembre o en un Centro Singer en la esquina de Independencia y Rayón.
En Olivetti Mexicana, S.A, se podía adquirir por ejemplo, la novedosa Olivetti Divisumma 24. El Ing. Carnevalli era el director general y el negocio se localizaba en la calle de Mina, hoy Morelos.
En Casa Torres de Eulalio Torres, ubicada en Portal Madero, se podían encontrar enseres domésticos, incluyendo radios, televisiones, bicicletas y más. Después tuvo varias mueblerías.
La Casa Eléctrica de Toluca, se podían conseguir radios Crosley y también se reparaban radios y televisores descompuestos. Se encontraba ubicada en la esquina de Rayón e Independencia.
Plantas reconocidas como División Cordacel de Celanese Mexicana y Pepsi-Cola de Embotelladora Moderna, se inauguraron en la década de los 50.
Los toluqueños consumían la famosa Manzanita Deliciosa de la Embotelladora Toluqueña ubicada en Pino Suárez, el Squirt quita sed y los refrescos Pascual localizados en Juárez. También podían disfrutar de Gran Mister Q, Delaware Punch y Chaparritas el Naranjo gracias a la Embotelladora Delaware Punch de Toluca de Don Guillermo Carrillo.
Los habitantes de Toluca podían comprar sus automóviles en Toluca Automotriz de los hermanos Sánchez que distribuían la marca Ford, ubicada en Hidalgo y en Distribuidora Automotriz de Toluca, ubicada en Venustiano Carranza.
Otros comercios importantes eran: la Distribuidora Dina Dacia de México propiedad de Julio D’Acosta e inaugurada en 1958; la Distribuidora Mariscala de los hermanos Santín, la ferretería Eduardo Hernández donde ahora se ubica Modatelas en Av. Independencia, la fábrica de jabón Ignacio Longares que comercializaba especialmente jabón neutro, Casa Estévez (El Gallo) ahora denominada El Gallito, Frenos Universales de Don José Mendoza Guadarrama y Casa Tapia, de Gabriel Tapia González, la cual se dedicaba a la venta de materiales para construcción, tubería galvanizada, conexiones y perfiles de hierro comerciales y se encontraba en 5 de Febrero.
En fin, una Toluca que no volverá.