Afición fuerte, equipo endeble
LO QUE MAL empezó en Toluca el jueves, mal terminó en Pachuca este domingo. Toluca perdió 3-1. Global de 8-2, una de las más grandes goleadas en liguilla. Fiel a su costumbre revivió a un muerto en finales, llamado Guillermo Almada, quien había perdido una con el Santos y otra con el Pachuca.
CONFIRMÓ el Toluca lo que señalé al inicio del torneo, que cuando el equipo se refuerza con tantos jugadores da resultados hasta el campeonato siguiente, así sucedió en 1965 y el Toluca se coronó hasta la temporada 66-67, se repitió con los noventa, se compraron muchos jugadores en 96 y se coronaron hasta 1998.
ESTE TOLUCA requiere de reforzar su media cancha y su delantera. La defensiva requiere quizá un hombre más tan seguro como Valber Huerta, quien ayer evitó un gol más. Haret Ortega mostró su novatez y provocó los goles dos y tres de Pachuca allá en la bella airosa. No ha sabido corregir sus barridas y ahí están las consecuencias.
LEO Fernández es uno de los capitanes, pero cuando las cosas no funcionan se pierde y no saca al equipo adelante, todo se le va en reclamar y deja de jugar, quizá por ese defecto no fue llamado a la selección uruguaya.
MARCEL RUIZ tiene destellos, pero muy pocos, eso no es suficiente para un equipo de la categoría del Toluca, que requiere de un rendimiento permanente.
LA LÍNEA media no tiene solidez a la defensiva, Baeza no es del linaje de un Rangel, Corti, Romagnoli, Rosada y tantos otros que ha habido y que eran auténticos medios escudo. Habrá que utilizar mejor a González, si deciden que se quede. Pero tendría que aprender a jugar con la velocidad que en ocasiones mostraron los rojos y le dio resultados positivos.
URGE buscar jugadores de recambio que sean revulsivos, uno de ellos iba a ser Sebastián Saucedo y se perdió en el ostracismo. Urgen mayores oportunidades para Isaías Violante.
EN FIN que en este año que está por terminar, el Toluca vivió cruz al tener que pagar la multa del primer semestre al no calificar y no alcanzar puntos para el repechaje. Y una media cara al llegar a la final, pero totalmente desfondado, sobre todo en Toluca, en donde ni las manos metió ante un Pachuca que jugó, jugó y jugó. Y ni el técnico ni los jugadores supieron cómo impedirlo.
LA AFICIÓN me sorprendió en su mayoría, que el jueves se quedó en el estadio y ayer viajó a Pachuca y aguantó la derrota y las críticas de los aficionados tuzos. Esta vez, la afición fue fuerte y el equipo endeble. Llegó a cinco finales perdidas, pero esta fue muy dura, por tantos goles recibidos y la incapacidad para impedirlos y para anotar.