Avatares de ciudadano necesitado
Por honorarios. Así fue el rubro que ocasionó el principio de su tragedia.
Ciudadano Necesitado, buscando otra chambita, pudo entrar de ayudante de corrector en un periódico, de contestador de llamadas en una oficina, impartir una clase en una escuela particular… etc.
Pongamos el primer caso: para completar el magro estipendio que ganaba como burócrata en Gobernación, supo de una chambita en El Planeta Luminoso periódico de su localidad y como era bueno para detectar errores gramaticales no sólo de forma sino de fondo, robándole tiempo al tiempo, entró a un nuevo quehacer.
-Tendrás que darte de alta en Hacienda Federal. Le dijo el director del diario.
-Pero si trabajo para el gobierno.
-Ése es otro boleto. Aquí te vamos a pagar por honorarios, así que te me compras tu libreta, llenas la fórmula que te dan en Hacienda y aquí nos vemos pasado mañana. Ya viste no es mucho lo que pagamos, pero algo es algo.
Y así comenzó una nueva chamba-calvario, para un ciudadano que tuvo que sacarse el poco jugo que quedaba de su personal limón exprimido: A las 7 de la noche, saliendo de Gobernación se pasaba el periódico y viendo en la pantalla de la computadora los artículos, corregía sobre la marcha. A veces era nada más la ortografía, pero en otras ocasiones, el fondo era lo que tenía que cambiar. Al principio no sintió el cansancio, es más, hasta se sentía orgulloso de tener dos trabajos en este país donde algunos ni una miserable chambita tienen.
De las siete de la noche a la una de la mañana ciudadano completador de cuota monetaria a hogar necesitado se mató durante cinco larguísimos meses, hasta que empezó a sentir el cansancio. Llegaba a su casa en plena madrugada y a las ocho de la mañana tenía que estar listo para cumplir con el otro trabajo, el bueno, el de a de veras, el que daba la cuota mayor tanto en dinero como en prestaciones… hasta que enfermó de cansancio, de sueño, de hambre, de paz.
Fue clamor general en su hogar que dejara la chamba del periódico y así lo hizo.
Le avisó al director y al contador general, y por primera vez en 158 días pudo dormir ocho horas.
La vida siguió su curso y las estrecheces de hogar, más de una vez, le hicieron deplorar a Ciudadano Burócrata con poco sueldo, su salida del diario.
Así pasaron tres años, hasta que un día, su esposa le habló a la oficina:
-¿Qué crees?, que aquí está un muchacho que viene de Hacienda Federal con varios requerimientos a tu nombre. ¡Vente porque quiere hasta embargar!
-Ahí voy de volada.
Cuando burócrata detentador de precario sueldo llegó a su casa, se encontró con un tambache de requisiciones, cada hoja con mil letritas y diversas cantidades que según debía a Hacienda Federal. El notificador lo sepultó en papeles.
-¿De qué? ¡Yo no debo nada!. Burócrata con sueldo mierda, hojeó los requerimientos: multas, recargos, falta de pagos; lo cual sumaba un montón de miles de pesos.
Por fin el notificador abrió la boca:
-Señor ¿Usted… mh… hace más de tres años trabajó en alguna parte la que le pagaban por honorarios?
Burócrata frunció el ceño y recordó: ¡En el periódico!
-Oye pero si ya tiene años que me retiré.
-Y, ¿Se dio de baja?
-Supongo que sí… Me tuvieron que dar de baja, ¿o no?
-Eso no lo sé señor, yo solo soy empleado.
-¡Ya lo sé pendejo! Lo que te pregunto y lo sabes por qué andas en esto, es tontín, si crees, óyelo, que no me dieron de baja.
-Primero no me insulte… y sí, ¿la verdad?, no lo han dado de baja.
Burócrata tronó. No le firmó al notificador y al otro día fue a la oficina de Hacienda.
No lo hubiera hecho, además que no arregló nada, lo conminaron a pagar a riesgo de embargarlo y caminando casi volando, tas, tas, fue al diario y le informó el nuevo director que él no sabía nada y que además su obligación era darse de baja él, personalmente, aunque al contador general se le hubiera pasado.
Total, que burócrata tuvo que pedir aquí y allá. Hablamos en octubre de 2017. En una de esas cayó con una financiera que lo hizo firmar bajo condiciones tan leoninas que hoy junio de 2019, Burócrata necesitado sólo les ha pagado los intereses, sin bajarle un céntimo a su deuda principal. Y otra vez sobre su casita sacada de INFONAVIT y pagada mensualmente con sangre del alma, pende la espada de Damocles. (Según AMLO, ya no)
Y todo por creer que podía ganarle a la crisis.
¿Ustedes que opinan?