Prosa: La estrofa
En alguna estrofa se inclina mi ser
poético, componiendo versos en coloquio
con las estrellas.
Sensaciones extrañas haciendo su entrada
con la luna llena en tropel de anhelos. Va
bogando el alma cerca de los ríos que en su
cause baja en nostalgia mustia y se esfuma
al viento.
Recuerdo recóndito se acuna en la nube de
melancolía, se enlazan suspiros del sol en ocaso
agonizante, en color bermejo y triste sinfonía,
porque fuiste de mi alma loca fantasía.
Pálida se asoma la luna escondida, donde un
día de abril dejaste pasiones de azul alborada.
Se escuchan los ecos de tu respirar desflorando
cantos en mi despertar, que habitó caricias de
besos y versos, cobrando existencia tu imagen
en la almohada.
Se oye una sonata entre la enramada que entona
un ruiseñor parlero, trayendo en delirio canto
prohibido, chispeante y doliente, olor a recuerdos
certeros.
El canto de un gallo despertando el alba en fina
llovizna meciendo la palma. Aleteo de música lejana
va flotando sobre la montaña. Un puente tendido
quebradizo y frágil que solo el silencio puede atravesarlo.
El tiempo puntual llegó a su destino y la brisa queda
entre la enramada girando madrigales furtivos, mientras
la memoria recorre la historia de tibios amores.
Ya la estrofa dejó su rosario de locos antojos, quiméricos versos postrados de hinojos, desplegando el abanico de sus alas abiertas que evocan semblanza en la fugacidad de la vida.
koro
¡Breves!
Aroma a rocío
llueve en el campo
Brotan las flores.
*
Flor que embellece
bajo un sol amarillo.
Es primavera.
*
Una hoja seca
deja un leve chasquido
Viento de otoño.
koro.