Estado de México
16 horas antes - Rodeado de decenas de miles de simpatizantes mexiquenses del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el dirigente estatal de este instituto político en el Estado de México, José Alberto Couttolenc Buentello arribó a la Plaza de la Constitución en Ciudad de México para presenciar y respaldar el inicio de Gobierno “histórico” de Claudia Sheinbaum Pardo como primera Presidenta de la República, desde donde convocó a la unidad para construir un mejor estado y país. “Hoy vivimos un hecho que marcará la historia de nuestro país. Nuestra querida Doctora Claudia Sheinbaum se convierte en la primera mujer en asumir la Presidencia de nuestro país, con lo que se reconoce a las mujeres y su lucha histórica por sus derechos y anhelos, invisibilizadas por muchos años”, explicó en redes sociales el también Coordinador del Grupo Parlamentario del PVEM en la LXII Legislatura local. Tras felicitarla a nombre del Partido Verde en la entidad por asumir esta importante responsabilidad, “Pepe” Couttolenc destacó algunos de sus compromisos que beneficiarán al estado y al país, como la construcción de viviendas para jóvenes, el impulso de un plan de energía que favorezca energías renovables, el desarrollo de complejos ambientales para aprovechar residuos, la protección del agua, la consolidación de una sustentabilidad hídrica y la creación de ciudades más verdes y limpias que convertirán a México en una potencia científica y de innovación. Finalmente, llamó a la unidad de las y los mexicanos para construir un mejor estado y país. “Frente a los múltiples desafíos que enfrentan nuestro estado y país, tenemos que ver hacia adelante, caminar unidos de la mano de nuestra gobernante nacional Sheinbaum Pardo en sus próximos seis años y de nuestra gobernadora Delfina Gómez (Álvarez) en sus cinco restantes. Hay que tener algo muy claro, si a ellas les va bien, nos va bien a todos. Avancemos juntos hacia un mejor estado y país”, concluyó.

Relatos brevísimos

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 Y que se me hace

 

La neurosis de mi esposo lo hacía odiar a medio mundo: misteriosamente la usurera del vecindario murió envenenada, luego un taxista que le mentó la madre, apareció arrollado por un automóvil con las mismas características del de mi cónyuge.

Ahora estoy en un brete: la policía sospecha de él y que se me hace, y también de lo hecho.

Moros en la costa

 

En el mar, la playa y el par de enamorados.

  • Ven, no hay moros en la costa, amor… ven.

Y la pareja, junto al mar comenzó el eterno ritual del amor, cuando intempestivamente saliendo detrás de las dunas y blandiendo filosas cimitarras, los moros aparecieron.

Ustedes ya se imaginaron como les fue a los enamorados infieles.

Sin título

 

Tomó a la inmóvil mujercita como de cera, la colocó a su vera y de una vez, quitándose de la mente lo que prohíbe sin más, posó sus labios en dos blanquísimos montes, luego chupó –con pecaminosa gula– las cerecitas que coronaban los  montecitos; desatado, sus dedos, descendiendo ya exploran un bosquecillo de cerdas achocolatadas, cuando su madre, descubriéndolo, lo reprende:

  • ¿No te digo? Ya descompusiste el pastel de quince años de tu hermana.

La neta

 

Los amigos se dan una tregua y charlan entre los lirios de Galilea.

  • Maestro, ¿Por qué no todos somos buenos?
  • Es ley de Dios que en el hombre haya mala levadura.
  • Mi señor, ¿y si en el ser humano no hubieran pizca de maldad? A lo mejor no habría necesidad de que vinieras a salvarnos… y tú lo sabes
  • Que cosas se te ocurren al declinar el día, Iscariote del Señor.