PEQUEÑO APOCALIPSIS

Views: 842

De niña, ante un llanto caprichoso

La madre la consoló con un:

No llores mi hijita, si tú inventaste a Dios

La niña paró el llanto en seco, al instante, 

Como una guillotina virgen, 

Y hasta el día de hoy se portó como tal

Como autora indiscutible

De tamaña creación

Creció como una muñeca de porcelana irrompible

Y se bebió el llanto

De todos los galanes a quien maltrató

Por puro placer de colección…

Ella a los trece ya parecía una mujer de mundo

Igual su doble vida de infanta hembra doble cara

Se divertía hasta caer rendida en su cama de agua, en su hamaca

O en los brazos de algún amante de turno

Que cumplía con todos

Sus caprichos

Empezando por los de la piel

Ella nunca más volvió a llorar

Solo el placer la conmovía

Y adicta hedonista al orgasmo perpetuo

Con gotas de nirvana

Cuando sus ojos se mojaban

Era únicamente por estar en algún pináculo

De alguna cama

O en el dulce estertor

De alguna planta alucinógena

O bebiendo a pico y en dama algún Napoleón embotellado

Popular saludaba a esos seres invisibles

Que dicen son los ángeles

Y que envidiosos

Nunca pudieron cortarle las alas por mandato superior

Su inteligencia hacia Manuales de los Teoremas y

Cantaba en idiomas a doquier

La verdad, 

Era irresistible

Pero rompió los tiempos

Y ya con las alas

Desechas

No había cuerpo que podía resistir, 

Un día, una noche, empezó a caer

Pero está tan alto que todavía no choca con tierra

Firme

Algunos taumaturgos dicen que pronto

Otros que todavía

Pero que de que cae cae… y caerá

Y yo que te creé

No estaré ahí 

Para recibirte en mis brazos, 

Salvo que hagas

Lo que debes hacer 

Pero nunca lo harás

Los demonios con falda y escote

Profundo, nunca nunca,

Lo hacen.