Propósitos de Año Nuevo
El 2022 agoniza y se aproxima una celebración que se ha arraigado en el gusto popular en los últimos siglos. Ese evento es la Cena de Año Nuevo.
En esta columna rompemos con paradigmas, usted ya lo sabe, y recordando eso, le tengo que decir que la Cena de Fin de Año, o de Año Nuevo, depende del punto de vista, es un evento surgido del Capitalismo. Hacen que la gente consuma cosas que no son necesarias, como los calzones rojos o amarillos, o los colores que se requieran para lograr un determinado fin; insumos para rituales, cantidad de botellas de licores, cuantiosas cenas, etc.
Llegando el día 31 del doceavo mes del año, la gente se reúne con familiares y amigos, para celebrar los logros del año que concluye o desear buenos resultados para el que inicia. Y aquí es donde quiero detenerme, en desear. Ya estamos tan acostumbrados a atascarnos con uvas la boca, tratando de digerirlas antes de que concluyan las doce campanadas, articulando palabras que reflejan los deseos que queremos para el Año Nuevo, agarramos las maletas y salimos corriendo para dar vueltas a la manzana, no sin antes barrer el umbral de la casa, y no se qué tantos rituales más, no olvidando llevar siempre puestos los calzones de color amarillo para el dinero, que es el tema que nos atañe.
Mire, yo soy amigo de iniciar cosas nuevas, y si son para bien, ¡qué mejor! Pero de lo que no soy tan amigo es de que se tengan que esperar hasta que inicie un nuevo año para empezar sus proyectos. Uno puede arrancar sus proyectos cuando quiera, en el día, mes y hora de su preferencia. No debemos esperar a que la Tierra finalice su vuelta al Sol.
Ese día, solemos estar llenos de energía y de buenos propósitos, pero para el 15 de enero la energía ha disminuido y ya no nos acordamos del deseo de la quinta uva, por ejemplo.
Y entonces los deseos se quedaron en eso, en deseos, en lo etéreo, no se aterrizan y llega el fin del año, y frustrados, volvemos a realizar los rituales y a atascarnos de uvas, para repetirlo el año siguiente y el que viene…, y así hemos estado los últimos años de nuestra vida.
Recordemos que los deseos, para que se cumplan, se deben convertir en objetivos. Y éstos deben ser medibles, contar con un plazo determinado, y ser lo más específicos posible.
Pongamos un ejemplo: En la uva número tres yo digo bajar de peso. Eso es muy ambiguo y nada específico. Lo correcto es anotar en una libreta el siguiente objetivo:
Bajar 8 kilos de peso para el 30 de junio. Es medible, porque los kilos es una unidad de medida y pueden verificarse si se bajaron o no. Tiene un plazo determinado de tiempo, ya que el Tiempo se está midiendo en meses para ese objetivo en concreto. Y es específico. Ahora para hacerlo más específico, hay que definir las estrategias. ¿Cómo se va a bajar de peso? Tal vez las estrategias sean: Salir a correr de lunes a viernes de 8 a 9 de la mañana.
Eliminar el refresco del medio día.
Comer dos tortillas a la hora de la comida. Etc.
Todas estas estrategias, afectan directamente el cumplimiento del deseo bajar de peso, que ya fue aterrizado al objetivo de Bajar 8 kilos de peso en seis meses.
Y lo mismo ocurre con: Deseo viajar Sí, pero ¿a dónde?, ¿cuántos días o semanas?, ¿En cuanto tiempo debe cumplirse ese viaje?, ¿cuál es el costo del viaje?, ¿viajará de manera individual o en pareja o con amigos?
¿Si me explico? En la medida en que sus deseos los transforme en algo palpable, real, y que tenga una serie de estrategias; derivado de todo ello, será mucho mejor cumplirlos y realizarlos.
Le deseo un Feliz y Próspero Año 2023.
Y si Dios nos presta vida nos vemos el año que entra.