Martes con M de Mito: La mejor herencia que le podemos dejar a nuestros hijos es la educación

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Espero no pisar algunos callos, o mejor dicho; herir algunas suceptibilidades, pero recuerde que aquí de lo que se trata es de derrumbar mitos, paradigmas que nos impiden avanzar y nos mantienen atascados. 

Primero, debemos aclarar que cuando hablamos de educación, específicamente en este mito, se refiere a la escuela, no a la educación dada en casa. La educación brindada en casa sí es la mejor herencia que podemos brindar a nuestros hijos. Porque es la base para que logren todo lo que se propongan y se enfrenten al mundo cruel y desalmado, que tristemente sí distingue entre clases sociales, religiones y razas. En fin, de ese tema ya hemos hablado y no nos atañe tocarlo aquí.

De lo que trata el mito es de la educación, pero de la educación traducida como: ser alumno de la Más Prestigiosa Institución Eductaiva De Todo El Mundo, y ese mito se basa en el amor de padre y madre por querer darle lo mejor a los hijos y evitar a toda costa su sufrimiento. Frases telenovelescas como mis hijos no van a sufrir lo mismo que yo o no van ser burros como su padre hacen que se olvide por completo el viejo adagio que reza: a los hijos, un poco de hambre, un poco de frio, ahora, no se trata de irse a los extremos. Recuerde, encontrar el balance, el punto medio: la virtud. 

No se trata de, casi casi, quedarse sin comer, sin vestir, y vivir como anacoreta para que sus o su hijo asista a La Más Prestigiosa Institución Educativa De Todo El Mundo. ¿Recuerda cuando vimos que las escuelas ya se habían convertido prácticamente en fábricas de títulos? y ¿de la comercialización de la educación y las profesiones? Hay un dicho que dice: el que es perico, donde quiera es verde, y eso debemos formar en los niños; personitas seguras de sí mismos, con autoestima, con valores bien definidos… no tiranos emperadores que esclavizan a los padres y solamente buscan el tener, el valor de las cosas materiales y se creen con la obligación de exigirles a sus padres lo que deben hacer. 

Como resultado, los padres, creyendo que hacen lo mejor, inscriben a su o sus hijos en La Más… cuando realemnte –ya lo vimos– un título hoy, ya no significa nada, y estudiar tres posgrados tampoco hace una real diferencia. 

Claro que está bien que los padres quieran lo mejor para sus hijos, pero no olviden que lo mejor es que se valgan por sí solos, que enfrenten ellos mismos sus propios problemas, y eso empieza desde que se caen por primera vez, –no deben ir corriendo a levantarlos, deben dejar que lloren, que se den cuenta de su situación y él o ella buscarán la forma de levantarse de nuevo y seguir caminando–, ya que nadie es eterno y nada garantiza que estarán toda la vida con ellos.       

Recuerde que si su objetivo es que su hijo estudie en La Más Prestigiosa… está bien, y entonces, lo recomendable es empezar a hacer un ahorro para que cuando llegue ese momento pueda enfrentar esa situación. 

Lo que no está bien, es que no tenga un objetivo y que, llegando el momento, el hijo o la hija mimada y malcriada le exiga entrar a esa escuela y usted, sin ahorro previo ni con recursos suficientes, se desviva para darle la mejor herencia a sus párvulos.