MOCHILA

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Todos cargamos con ella, todos

A veces pesa más, otras veces menos

Pero la cargamos, sí.

Ella, va cargada de inseguridades,

Unos cuantos kilos de miedo,

Otros gramos de angustias, 

También de varios sueños no realizados y, 

otros más, como anhelos de que algún día se realicen.

Las malas decisiones la acompañan, 

Uff, como pesan aquellas, 

Tan pesadas que tal vez ni Hulk sería capaz de cargarlas 

Los secretos más oscuros también pesan y duelen 

Otros también, los guardados de manera inocente 

Tan inocente, que nunca fuimos capaces de expresarlos.

De pronto, llega el día, sí, aquel día no esperado

En que el sol brilla, el cielo se despeja, los pájaros cantan 

Ese día, en que aparece alguien,

Ese duende de la felicidad y la paz absoluta,

Ese ángel disfrazado de cualquier persona,  

Ese alguien que la toma, nos la quita, y nos sienta, y nos da, 

Una silla, un descanso, un respiro, un alivio

Sin pedir permiso la abre, y saca todo, 

La carga explosiva de inseguridades, 

Esos tantos kilos de miedo, 

Aquellos gramos de angustias,

Todos los sueños no realizados

Las malas decisiones que atormentan y matan a través de la culpa, 

Los secretos que duelen como un hacha atravesada en el corazón. 

Al terminar de sacar todo

Toma una pizarra, y, 

enumera uno por uno, absolutamente todo y,

te lo muestra, como un maestro cuando coloca los ejercicios de mate.

Y tú en ese momento cansado y con el alma desnuda, 

sin tabúes, sin prejuicios, sin miedos, sin culpas, sin penas, 

te das cuenta de que también  eres, 

los errores que has cometido, 

los miedos que te persiguen, 

los secretos que guardas, 

las decisiones que has tomado

porque no te puedes olvidar de esa parte de ti, 

puedes aceptarla, mejorarla y seguir, sabiendo, 

quien verdaderamente fuiste,

quién eres y, 

finalmente, quien quieres ser.